Quizás poco o nada importe, pero gusta decir a este humilde juntaletras aquello de ser nativo (vocablo que también gusta, dicho quede) de Alcántara. Poco o nada por tanto, que viendo su procedencia, estas letras juntadas pertenecen a un 'aliado' de 'su' rayano puente.

Aliado porque, amén de haber sido motivo de propuesta regional parlamentaria, aprobada unánimemente para solicitar su universalidad, porque amén de que su petición fuese brillantemente defendida por el cacereño Víctor Casco, apoyándose en su utilidad, belleza y firmeza, este monumento goza de una características pocas veces vista.

Y es que su construcción fue costeada con los impuestos municipales (si es que municipios eran) procedentes de todos los pueblos tanto lusos como extremeños de la zona, proporcionando a ambos países una bilateral relación que hoy llega a la totalidad de sectores, el deportivo incluido (mi primera experiencia de convivencia deportiva escolar en la cercana Idanha Nova y el obligado paso por el Tajo resulta aún hoy inolvidable).

Experiencias y convivencias deportivas duales que, utilizando las palabras del propio Casco, bien puedo hoy considerar, desde la perspectiva en el tiempo, como útiles, firmes y bellas. Quizás no sea necesario ser un erudito en historia para entender que aquella 'mancomunada' construcción del siglo II fuese entonces algo más que un hito en materia de 'innovación social'.

Como innovador y transfronterizo pretende el gobierno extremeño sea su deporte, programando para ello jornadas formativas al efecto, impartidas en el campus universitario cacereño y relumbrosamente llamadas 'Innovación en el ámbito del deporte en la zona hispano-portuguesa-'. En el haber de dichas jornadas la excelente formación y experiencia de sus ponentes y lo interesante de sus contenidos, presidentes de federaciones nacionales de deportes emergentes algunos, consolidados hombres y mujeres de exitosas empresas del sector de ambos lados, otros y otras. En el debe que ni unos ni otras pisan diariamente la realidad rayana.

Durante la interesante ponencia lusa en torno a la producción de caucho sin toxicidad para campos de fútbol con césped artificial, a partir de reciclar neumáticos usados, se me venía a la mente su deficiencia en la comunidad, incluso en tierra.

Mientras buscaba entre el semidesierto patio de butacas asistentes del país vecino, brillantes por su ausencia, recordaba los muchos partidos presenciados entre equipos de ambos lados en el campo municipal de Alcántara, también hoy brillantes por misma causa, como en otros tantos sitios. Una sola referencia a Extremadura en ocho horas de interesantes jornadas, ninguna a posibles propuestas transfronterizas al efecto.

¿Faltó o sobró algo en la oferta formativa gubernamental, aun siendo ésta por encima de todo tecnológica? Ni lo sé y sí mi importa. Tan solo sé que la emergente 'industria del deporte' es una realidad mundial. Tan solo que sin una decidida y adecuada actuación en materia de la cooperación 'sin aduanas', esta emergente industria del deporte, así como otra cualquiera de las demás posibles, innovadas o no, están poco menos que de sobra.

En cualquier sitio. Tan solamente que dos mil años después, el esfuerzo que hoy se hace en la materia quizás deba ser mayor, si realmente se quiere poder volver a construirse otros nuevos 'Puentes Romanos Hispano-Lusos de Alcántara'. Tan solamente.