No es el primer caso. Es más, cada cuatro años proliferan más a nivel nacional, y de este fenómeno no somos ajenos tampoco en nuestra comunidad. El fichaje del lanzador de martillo Javier Cienfuegos como número 3 en la lista del PP a la Asamblea de Extremadura abre el debate sobre si el movimiento político es acertado o no, pero a los ciudadanos de a pie no nos interesa (o no nos debería interesar, matizo) si va a ser rentable a los partidos, sino al día a día. Al de la calle. Al de la empresa. Al del trabajo.

A ‘Cienfu’ lo ficha el PP; a los entrenadores de baloncesto Ñete Bohigas o Pepu Hernández Ciudadanos y PSOE, respectivamente. No quiero recordar experiencias anteriores de algun@s que han resultado ser un fiasco absoluto. Ninguno de los tres tiene experiencia política, pero bienvenidos sean porque son tipos con la cabeza muy bien amueblada, por lo que conozco, al menos en el caso del atleta montijano y el entrenador cacereño.

Los que nos jactamos de no tener siglas en la cara y que podemos también presumir de no estar al servicio de formación alguna, más allá de nuestros ideales, más o menos certeros y volubles, vamos a creer en que los hombres-mujeres del deporte van a saber gestionar bien la vida del ciudadano. Por qué no. En los próximos años tendremos las respuestas, aunque es evidente que los fichajes de este perfil suelen tener mucho de populismo. ¿Qué sentido tiene apartar a afiliados de toda la vida para poner a gente que ni siquiera tiene carnet?

En Extremadura, desde este espacio he reclamado durante años la creación de una consejería específica, algo que se hizo en su día pero que, inopinadamente, se quitó de un plumazo y no se rescató. De momento, deporte, actor secundario durante tanto tiempo, llega para tener protagonismo en las altas esferas de la política. Aleluya.