Ignacio Garrido Gallardo (Córdoba, 26 de octubre de 1976) ha vuelto a saltar al primer plano de la actualidad por su mejor virtud como futbolista, el gol. El pasado domingo se reivindicó en el estadio Alvarez Claro como el goleador que siempre ha sido, pese a que no siempre la suerte le acompañó.

El de Melilla era un partido muy especial para él, pues volvía al campo del equipo que no le renovó al finalizar la pasada temporada, aunque lo hizo "sin acritud. Allí me trataron muy bien en el año que estuve y no era cuestión de venganza, ni mucho menos", afirmaba ayer un pletórico Nacho Garrido. Salió entre ovaciones cuando Ismael Díaz decidió sustituirle por Tariq mediada la segunda parte y tras culminar un hat trick que no olvidará con facilidad, pese a que no pudo quedarse con el balón como recuerdo. "En Segunda B no ocurre como en otras categorías más vistosas", asegura.

Nacho Garrido estaba cumpliendo su papel como ariete del Cacereño. Sumaba seis goles antes del domingo y su titularidad nunca se ha visto amenazada, pese a la buena aportación del otro delantero centro del equipo verde, Tariq. Llevaba algunos partidos sin marcar, pero se desquitó en el momento adecuado. El triplete de Melilla le encumbra ahora al puesto de máximo goleador del grupo IV de Segunda B, donde suma nueve dianas en los dieciseis partidos disputados.

"Es cuestión de rachas", dice el delantero andaluz. Así es, demuestran todos.