CACEREÑO 3: Félix Campo, Diego, Jurado, Jaime, Caballero, Villa (min. 53, Luisma), Nico, Enrique (min. 78, Tapia), Alex Tejada, Pablo (min. 68, Sergio) y Joaquín.

MERIDA 1: Ramón, Cuevas, Aloisio, Cuerda, Oscar, Juanma (min. 75, Jorge Troiteiro), Diego, Rafa (min. 61, Santi), Golo, Benítez y Muiños.

GOLES: 1-0, min. 1: Joaquín. 1-1, min. 12: Benítez, de penalti. 2-1, min. 33: Enrique. 3-1, min. 55: Enrique.

ARBITRO: Arcas González (Madrileño). Amarilla a los locales Villa, Jaime, Pablo y al preparador físico, Eduardo Covelo. Roja directa al visitante Aloisio (32´).

Nuevo derbi extremeño que se apunta el Cacereño. Esta vez fue el Mérida la víctima de los verdes, que por primera vez en la presente temporada consiguieron superar los dos goles a favor en su casillero. Por su parte, el cuadro emeritense sigue sin romper su nefasta estadística como visitante y deberá solucionar su vacío deportivo cuanto antes para revertir su mala situación, pues no demostró ayer sobre el campo ser de los peores equipos del grupo IV. La actitud y el esfuerzo que derrocharon sus futbolistas no se corresponde con el puesto que ocupa en la tabla clasificatoria.

Sin embargo, las facilidades que ofreció al Cacereño le hicieron acreedor de la derrota. Apenas cumplidos 60 segundos de juego ya habían encajado un gol tras una jugada más propia de una conferencia de Benito Floro que de un derbi en el que los marcajes suelen ser muy estrechos. Hubo demérito visitante, pero también una gran contribución del artista Joaquín, capaz de hacer malabares con un balón que fue de la banda a la red sin tocar el suelo tras un control, un autopase con sombrero incluido y un empalme del ariete sevillano al que Ramón no daba crédito. Esta vez no hubo reivindicación y Joaquín demostró estar peleado con lo sencillo y sin embargo ser capaz de lo más difícil.

1-0 y el panorama se llenaba de contrastes. Los positivos, evidentemente, eran para el Cacereño, que además se encontró con el aire a favor bajo una tromba de agua que ayudó a que el césped empeorase mucho antes. Las ocasiones se sucedían cerca de la meta emeritense y Jaime pudo incrementar la ventaja verde en un cabezazo que no fue capaz de precisar en buena situación.

LUCHA VISITANTE Pero el Mérida luchaba y se aferraba a su espíritu de grupo para tratar de equilibrar el partido. Tras dos intentos desviados de Benítez y Oscar, Muiños sacó petróleo de un balón casi perdido dentro del área en el que Jaime cometió el error de entrar, pese a no dar la impresión de claro derribo. Benítez no perdonó e igualó el choque tras engañar a Félix Campo desde el punto fatídico. Era el gol 900 de la todavía breve historia de la Unión Deportiva Mérida.

El partido se volvía intenso por momentos y el dominio se repartía, aunque sin grandes ocasiones de gol. Tuvo que ser otro penalti el que rompiera casi definitivamente el partido, pues esta vez supuso la ventaja cacereña en el marcador a la que se añadió la inferioridad numérica emeritense por otro penalti, de nuevo provocado más por la astucia del delantero y la bisoñez del defensa que por la acción en sí, pues el contacto que provocó Enrique ante Aloisio fue muy parecido al de Jaime con Muiños.

RECHACE Joaquín, tal y como estaba previsto en la planilla de los entrenamientos, fue el encargado de tirar el penalti, pero lo más sencillo volvió a atragantársele al delantero andaluz. Sin embargo, Enrique, astuto y bien colocado, aprovechó el rechace de Ramón para hacer el 2-1.

El nuevo mazazo volvió a servir de acicate al equipo de Bernardo Plaza, que pareció moverse mejor con desventaja en el marcador. Pero los acercamientos emeritenses solían morir cerca del área. Sólo una falta flojita de Rafa Fernández alteró el pulso en la meta cacereña. Mientras, los de Ismael Díaz aprovecharon para ofrecer terreno a su rival y ganar espacios al contragolpe, aunque el auxiliar de Arcas Piqueras se encargó de romper varias posibilidades bastante nítidas levantando la banderola.

Tras la reanudación el partido se volvió más espeso, como el terreno de juego. Al minuto de juego, Joaquín volvió a disfrutar de una buena opción para marcar, pero la suerte volvió a mostrarse esquiva con él. Su compañero Nico, muy rápido durante la primera mitad, se diluía en regates innecesarios cuando las posiciones francas de sus compañeros necesitaban pases al primer toque. El Mérida agotaba sus posibilidades y adelantaba líneas con la intención de volver a equilibrar el choque, pese a dejar atrás un vacío importante.

Fue el joven Alex Tejada el que mejor supo leer la situación tras la salida del campo de Villa y certificó la victoria verde con un gran pase sobre Enrique, que ganó por velocidad a la defensa emeritense y superó con un toque propio de galácticos al guardameta Ramón. El punta de Azuaga se coloca como pichichi verde con cuatro tantos y como ídolo indiscutible de la grada, que lo despidió con una atronadora ovación cuando fue sustituido por Tapia, que ayer debutó con la primera elástica verde.

El Mérida murió de pie y no perdió la cara a su rival, aunque el bagage de este periodo fue inferior ante Félix Campo, pues sólo un disparo de Golo y un par de centros cerrados pusieron en apuros la estabilidad local.