Será el derbi de los mil problemas para ambos, pero al mismo tiempo el de la recuperación para que salga con éxito del choque. El duelo de los verdes extremeños de Segunda División B, Cacereño-Villanovense (mañana, 17.00 horas, Príncipe Felipe) estará marcado por las ausencias sonadas en ambos equipos y las dificultades de sus respectivos entrenadores, Ismael Díaz y José Mari Calvo, para poder alinear a algo parecido a sus equipos base.

Sin mucho menos quererlo, en el Cacereño han hecho acopio de dificultades numéricas a las que añadir a la baja definitiva de Enrique. La lista es larga: Cobos y Caballero no estarán por sanción; Joaquín, Morgado y Santi por lesión. Además, Nico es seria duda. En teoría, serían todos indispensables en estos momentos, al tratarse en su mayoría de jugadores de corte ofensivo. El joven Guillén, como en Almendralejo, volverá a ser el referente arriba.

En el Villanovense ocurre otro tanto con las ausencias. Las dos más significativas podrían ser el lesionado Rubén Quintero, por quien en su día se interesó Ismael Díaz, y Encinar, un exjugador de la cantera del Cacereño que se ha consolidado como titular en el centro del campo del Villanovense dessde hace varias temporadas. Además, tampoco estarán en el derbi de mañana Raúl Fernández, sancionado, y en principio tampoco el también defensa Escudero, con problemas físicos. Aparte de ello, también está fuera de combate el meta David Mena.

Con todo ello, el encuentro se considera vital para las aspiraciones de ambos equipos en el momento clave de la competición. De nada valen las excusas, piensan en Cacereño y Villanovense, que apelan a la ambición de los jugadores para afrontar un choque de alto riesgo clasificatorio. Para los serones, no ganar significará dar un paso casi mortal al abismo de la Tercera División, en tanto que para los cacereños un tropiezo le metería de lleno en la vorágine de las urgencias clasificatorias. Sin embargo, ambos creen en ganar.