"La máquina del tiempo no existe". Es una de las frases favoritas de uno de los protagonistas del pasado del club: Alfred Julbe. El técnico, que durante año y medio fue el icono de una agridulce revolución interna en el Cáceres, llega el viernes con su todopoderoso CAI para enfrentarse a un proyecto deshecho que en poco se parece al feliz equipo que ya ganó en Zaragoza, en la primera jornada de la competición. Hay una brutal crisis, con casi media plantilla fuera y la mitad que queda hasta las narices de promesas incumplidas --"esto se va a solucionar, esperad a la semana que viene, sólo falta una pequeña gestión"-- y, lo que es peor, la sensación de desmoralización dentro una hinchada sufrida y casi resignada. La presencia de Jiri Okac el domingo ante Los Barrios ablandó más de un nostálgico corazón, pero el cómo de su vuelta dice aún más cosas: el checo pagó de su bolsillo la rescisión con su antiguo club, el Brno, y también el billete de avión Praga-Madrid.