"Estamos tristes y no sé por qué". Lo dijo José María Panadero menos de 24 horas después de la sonrojante derrota del Cáceres 2016 en Huesca. Pues quién lo diría después de asistir al entrenamiento matinal de ayer: además de un intenso trabajo físico, todo eran buenas caras, sonrisas y bromas. Nada hacía pensar en un equipo que lleva cuatro partidos consecutivos sin ganar.

Fede Pozuelo, el técnico, busca la base de los problemas, pero desde luego entre ellos puede descartar la falta de entendimiento dentro del vestuario. Al final del entrenamiento, los jugadores y el preparador físico, Mario Díez, se jugaron entre carcajadas no pagar el aperitivo: se libraba quien consiguiese anotar desde medio campo y al final les tocó a Luis Gruber y el siempre risueño Sidao Santana.

Ser un equipo

Luego Pozuelo tenía ganas de hablar, lo primero para aclarar que el viernes no dijo que su equipo fuese "una banda", sino que "había jugado como una banda, y lo sigo pensando". Y después, para explicar que no dejó a sus jugadores sin cenar, sino que prefirió que tomasen unos bocadillos en el autobús en lugar de sentarse en un restaurante. "No era el momento", argumenta.

"Lo que diferencia a esta derrota de las tres anteriores es que nos olvidamos de ser un equipo, que intentamos cada uno solucionarlo por nuestra cuenta y así no se puede ganar", afirma. En todo caso, no considera "preocupante" que esto sucediese "por primera vez" y que sí lo sería si ese comportamiento se prolonga. "Todos los jugadores son conscientes de que nuestro único camino a la victoria es estar unidos", agrega.

Pozuelo no cree que en Huesca hubiese un problema de actitud, aunque sí reconoce que la imagen ofrecida fue peor a la de las anteriores derrotas. "Queremos que nuestra afición sepa que al menos vamos a entregarnos hasta el final y a no buscar cada uno una solución", argumenta el entrenador.

Alrededor de todo, la cuestión de las lesiones y los refuerzos. Félix Ortiz y David Patten entrenan a buen ritmo y el norteamericano reaparecerá el viernes ante el Illescas después de tres partidos fuera de circulación. "David sabe que tiene que ser importante para este equipo. Hasta ahora no hemos puesto como excusa las bajas, pero es evidente que cuando llevas varias semanas sin entrenar cinco contra cinco, el resultado en los partidos se resiente", apunta Pozuelo, cuya nueva preocupación es una sobrecarga en la rodilla de José María Panadero, que ayer no pudo entrenar por la mañana.

Además, el ala-pívot checo Stanislav Zuzak va participando más en el trabajo diario tras incorporarse el jueves. "Nos puede aportar buen tiro exterior y lucha dentro. Creo que nos va a ayudar", vaticina el técnico mientras que, en la pista, Kelvin El Pollito Peña grita: "¡Van a pagar los brasileños, van a pagar los brasileños!".