Periodista

No soy muy dado a hacer pronósticos, aunque en este caso voy a hacerlo: el Cacereño va a seguir jugando en Cáceres. Los expertos aseguran que la operación de cambio de domicilio social es complicada, aunque en sociedades anónimas deportivas es perfectamente factible, como en cualquier empresa. Los reglamentos de la federación, desde luego, no lo impiden. Pero el proceso podría ser largo. Sólo esta traba burocrática va a impedir que Cáceres se quede sin fútbol de Segunda División B. El acuerdo económico es un hecho, según dice Pedro Ruiz. Y Félix Campo afirma estar cansado de poner dinero.

El deporte regional, mientras tanto, escribe un capítulo más en su desastroso último año. Y el Cacereño, decían, era uno de los pocos que iba bien...