Jose Mourinho no es feliz en Manchester. La marcha del United es mala (séptimo en la Premier, a seis puntos del City, el rival ciudadano) y se siente solo en la ciudad, lejos de la familia (su mujer y sus hijos viven en Londres) y demasiado cerca de los 'paparazzi', que están apostados a las puertas del hotel en el que reside desde su llegada para seguirle allá donde va.

"Mi vida es un poco desastre", confiesa Mourinho, aludiendo a la presión que siente de los fotógrafos. "Quiero salir a pasear un poco y no puedo, o simplemente cruzar el puente para ir a un restaurante y no puedo. Es realmente malo", explica Mourinho en una entrevista a Sky Sports.

El entrenador del United se hospeda en el hotel Lowry -"todo el mundo sabe el lugar donde vivo", se queja- y no se plantea comprarse una casa en Manchester, dando una idea de continuidad a su trayectoria en el United. Su esposa y sus hijos siguen en Londres, sin querer romper la estabilidad de que gozan en la capital inglesas.

"NO PUEDO COCINAR"

"Están en una edad que no pueden venir conmigo a todas partes como hacían antes", dice Mourinho aludiendo a Matilde y Jose, de 20 y 16 años respectivamente. "Es la primera vez que la familia está viviendo de una manera diferente y estamos comprobando cómo evolucionan nuestros sentimientos en esta situación".

Ante el fastidio que siente por la presencia de los periodistas, aderezado por la insatisfacción que le produce la irregular marcha del United, goleado el sábado por el Chelsea, Mourinho concluye que acabará comprando un apartamento. "No una gran mansión como dicen", avisa.

Su prioridad es que tenga "una buena conexión entre el parking y el piso" para evitar mayores intromisiones, nada más. "No puedo cocinar", confiesa el técnico portugués. Pero ese es un inconveniente menor. "Tengo mis aplicaciones para pedir comida a los restaurantes" dice. Una solución que ya está utilizando actualmente para variar el menú que ofrece su actual hotel ante el incordio que le supone ir a un restaurante.