PLASENCIA: Tate (16), Perujo (1), Kaunisto (9), Lledó (10), Wyatte (18) --cinco inicial-- Plata (-), Almeida (-), Rodríguez (10), Salsón (10) y De la Rosa (-).

ROSALIA DE CASTRO: Riveiro (11), Boyd (9), Wells (17), Legasa (14), Coll (10) --cinco inicial- Bouldin (11), Santana (6), Millán(-), Barreiro (2) y Bavosi (13).

MARCADOR POR CUARTOS: 20-17, 30-44 (descanso), 46-67 y 74-93 (final).

ARBITROS: Bardaji y Albacete.Sin eliminados por faltas.

INCIDENCIAS: Partido de la decimotercera jornada.

El Plasencia cosechó una nueva derrota en casa ante uno de los mejores equipos de la liga, el Rosalía de Castro. La rescisión de Carlos Braña el martes unido al desastroso partido de los locales provocaron la holgada derrota en el duelo de ayer. Cinco triples sobre la bocina y la zona gallega durante gran parte del partido hicieron el resto.

El partido comenzó con un Plasencia muy concentrado, ganando la batalla en el juego interior con sus hombres altos. Wyatte era el máximo exponente de los locales, convirtiendo 9 puntos en el primer acto. El dominio visto sobre el parquet se trasladaba al luminoso (17-10, min. 6). Pero las rotaciones sonrieron a los gallegos, que poco a poco recortaban las distancias. Un triple desde media pista sobre la bocina de Wells puso el 20-17 con el que finalizaron los primeros diez minutos.

En el segundo acto el Plasencia desapareció del mapa. Los de Iván Déniz tardaron siete minutos en anotar la primera canasta. Entretanto un parcial de 0-10 empezaba a sembrar el miedo. El potencial gallego comenzaría a vislumbrarse. Los porcentajes en el tiro exterior eran elocuentes. El Plasencia firmaba 0-10 al descanso, mientras que el Rosalía había anotado 6 lanzamientos de 11 intentos. Al final del primer tiempo, el cuadro local tuvo tiempo para maquillar ligeramente el marcador (30-44).

El partido en la segunda parte no tuvo demasiada historia después de ese letal parcial de 10-27. Los gallegos ofrecieron un recital de juego ante el herido equipo local. Los visitantes lucieron un altísimo porcentaje en lanzamientos de campo, mientras que el Plasencia se encomendaba al corazón más que a la cabeza. En el minuto 37 se marcaba la máxima diferencia (60-87) y sólo unos triples postreros recortaron ligeramente la diferencia.