Atlético: Leo Franco; Seitaridis (Reyes 62), Pablo, Perea; Pernía; Maxi, Maniche, Raúl García, Simao (Luis García m.85); Kun Agüero y Forlán.

Mallorca: Moya; Héctor, Ballesteros, Nunes, Fernando Navarro; Jonás, Ibagaza (Valero m. 90), Pereyra, Tuni (Varela m.65); Arango y Guiza (Basinas m.75)

Goles: 0-1: m. 18, Guiza. 1-1: m.77, Pernía

Arbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Comité Cántabro).Enseñó tarjeta amarilla a Kun Agüero, Ballesteros, Jonás, Reyes, Maniche y Pernía.

Incidencias: Partido de la segunda jornada de Liga, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 40.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Antonio Puerta.

El hispano argentino Mariano Pernía rescató al Atlético de un golpe bajo en forma de derrota ante el Mallorca, pero no de un inicio liguero desesperanzador para los rojiblancos, que han realizado una gran inversión este verano para reforzar la plantilla.

Justo lo contrario le sucede al Mallorca, que ha comenzado la temporada a lo grande y con un bloque similar al del año pasado.

Los mallorquines, que suman cuatro puntos en dos jornadas, supieron jugarle de maravilla a los locales y sus intenciones iniciales quedaron definitivamente reforzadas tras el gol de Güiza (m.18). El exjugador del Getafe puso en evidencia las carencias del Atlético en la pretemporada: la fragilidad defensiva.

Un pase desde la banda derecha del argentino Jonás Gutiérrez desde la banda derecha dejó solo a Güiza entre los dos centrales y el jugador batió a Leo Franco.

El tanto fue un mazazo tremendo para los locales, que habían comenzado bien el encuentro, con una clara posesión del balón. El Atlético había enseñado una buena circulación del esférico en la parcela ancha y el portugués Simao Sabrosa era un estilete por la banda izquierda, por lo que el inicio del envite era prometedor para los madrileños.

El Mallorca cedió totalmente el balón en la segunda parte al Atlético y dejó solo en punta como un islote a Dani Güiza hasta que lo cambió por el griego Basinas en el minuto 75.

A partir de ahí y con el paso de los minutos los viejos fantasmas parecieron apoderarse del Vicente Calderón.

LEVE RESPIRO Cuando parecía que todo estaba a decidido, Mariano Pernía, muy silbado durante todo el partido, robó un balón cerca del área rival y se sacó de la chistera un zapatazo con la pierna izquierda desde la misma esquina del área para empatar (1-1).

Faltaban trece minutos para el final y el Calderón despertó y soñó con la remontada. Pudo hacerlo a base de pundonor, pero tuvo que darse por satisfecho con las tablas. Un empate que hizo que el aficionado rojiblanco se marchase a casa con la mosca detrás de la oreja.