En el verano del 2003, un jugador holandés con orígenes asiáticos apareció en el Camp Nou de la mano de Frank Rijkaard. Venía cedido por el Arsenal, en principio para un año. Era Giovanni van Bronckhorst (Rotterdam, 5-2-1975), el nuevo inquilino del carril izquierdo azulgrana. Mañana, Gio disputará el último partido de su dilatada carrera. No será un adiós cualquiera.

El lateral tendrá la despedida soñada por cualquier futbolista. Jugará la final de un Mundial con su selección y ante un rival con varios colegas. Un adiós similar al de Zinedine Zidane, pero Gio espera un desenlace distinto.

En aquella final del 2006, Zidane dictó su última clase. Empezó de maravilla, pero acabó expulsado por un cabezazo a Materazzi. Francia perdió ante Italia. Gio desea culminar de mejor forma un mes de ensueño. "Sería fantástico recibir la Copa de manos de Nelson Mandela. Ya estuve dos veces con él y fue algo maravilloso", confiesa el lateral, que será el titular más veterano en el Soccer City. Solo el suplente Ooijer le supera en edad en Holanda, mientras que Capdevila es el más veterano de España con 32 años, los mismos que Puyol.

Gio llegó al Barça prestado por el Arsenal, pero acabó quedándose cuatro años. Extrovertido, simpático y avispado, conectó muy pronto con sus compañeros. Aprendió el castellano en semanas y fue una pieza fija en el equipo. Aún se envía mensajes con Xavi y Puyol, excompañeros que mañana serán rivales. "Es una alegría inmensa despedirme entre amigos. España tiene el estilo del Barça, que siempre será mi equipo, pero es mi última opción y quiero aprovecharla. Es el partido de mi vida".

Como Cruyff y Gullit

Del Barça guarda muchos recuerdos, empezando por la final de París del 2006, en la que fue titular y se impuso al Arsenal, su anterior club. Tampoco olvida los clásicos contra el Madrid, sobre todo la goleada en su segunda temporada en el Camp Nou. "Ese 3-0 fue impresionante. Yo marqué el segundo gol. El ambiente fue fantástico". Etoo y Ronaldinho firmaron los otros dos. Valdés, Puyol, Iniesta y Xavi también jugaron aquel choque del 20 de noviembre del 2004. Mañana, se reencontrarán con su excompañero. "Quién nos iba a decir que nos veríamos en una final así. Creo que Gio se lo merece, es muy buena gente", cuenta Puyol.

El capitán holandés besó la gloria en la semifinal. Como Puyol. Ambos fueron decisivos en el pase a la final con sus goles. El lateral abrió el marcador ante Uruguay con un zurdazo antológico desde 30 metros. Con 35 años y 151 días se convirtió en el holandés más longevo que marca en un Mundial, superando a Rob Rensenbrink. Además, siguió los pasos de Johan Cruyff (1974) y Gullit (1990), los únicos capitanes naranjas que habían anotado en los mundiales.

Gio, de origen indonesio (sus padres, nacidos en las islas Molucas, emigraron a Rotterdam), vivirá mañana una noche especial. Lejos queda el debut en el RKC Waalwijk, de donde pasó al Feyenoord, el club de su corazón. Después fue al Glasgow Rangers, el Arsenal --pagó 13 millones por él-- y el Barça.

Reubicación

Tras jugar de centrocampista, Rijkaard le reubicó como lateral zurdo. En el año 2006 participó en el doblete de Liga y Champions. Un año después, volvió al Feyenoord, con el que acabó contrato en junio.

En el Mundial de Suráfrica, Gio disfruta de su tercer Mundial, aunque en 1998 no jugó ni un minuto. En el 2002, la Holanda de Van Gaal no se clasificó y en Alemania cayó en los octavos.

En el 2008 recogió el brazalete del portero Edwin van der Sar. "Esta Copa es mi último sueño", insiste Gio, que cerrará mañana su carrera con 106 partidos internacionales. Solamente le superan Van der Sar (130) y Frank de Boer (112). Espera España. Esperan los amigos de Gio. Espera la despedida de un futbolista ejemplar para el fútbol mundial.