Puede que el croata Sandi Marcius no rindiera como todos esperaban en el Cáceres al inicio de liga. Todo tiene su explicacion: en el origen, un problema que pudo ser determinante, ya que una lesión de rodilla hizo que su primer entrenamiento con los verdinegros lo hiciera justamente el día antes del primer día de competición, ante Palencia en el Multiusos.

Dentro del vestuario se le respeta y se le quiere. Dicen que es buen compañero, «trabajador y cada vez más integrado». La recuperación de José Antonio Marco ha llegado acompañada de una gran complicidad en la cancha con el balcánico. Pasado el tiempo de dudas, el martes, en Vitoria, fue el MVP y la clave en el primer triunfo verdinegro fuera de casa, con números sobresalientes: 23 puntos y 9 rebotes para 27 de valoración.

¿Qué ha pasado para que haya evolucionado tanto para que, incluso, sea el jugador con mejores números fuera, 20 de media, además de erigirse en el sexto reboteador de liga (7,2) y tercero en rechaces ofensivos, con 3,2? En realidad, Ñete Bohigas ha seguido confiando en él y ya en su presentación dijo que se trataba de un pívot dominante en la LEB Plata. De hecho, valoró 62 puntos en un partido en el Azpeitia. Este verano estuvo en la liga de verano de los mismísmos Chicago Bulls.

«Sabíamos que con Marcius no nos equivocábamos. Su experiencia en Plata y sus números le avalaban, aunque perdió un mes de pretemporada y ello le ha lastrado, pero ya se está viendo lo que puede dar de sí. Aún no hemos visto su mejor versión», analiza el responsable de comunicación del Cáceres, Jorge García. «Cuando nos encontramos con su lesión nos dimos cuenta que íbamos a perder tiempo, pero no era de una gravedad tal como para plantearnos fichar a otro. Siempre hemos confiado en él y la paciencia que hemos tenido ha sido clave». Y tanto.