El empresario y expresidente del Real Madrid Lorenzo Sanz ha sido detenido hoy en Madrid por agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional, han informado fuentes de la investigación, por una presunta exportación ilegal de obras de arte a Italia.

Tras prestar declaración durante más de dos horas, Sanz ha abandonado las dependencias de la Brigada de Investigación de Patrimonio Histórico, en la comisaría del distrito de Retiro, después de que fuera arrestado en su domicilio de la capital de España. El empresario ha negado cualquier implicación en los hechos que, según sus palabras, se relacionan con "unos cuadros que terceras personas sacaron del país para una subasta en Italia".

Sanz ha detallado que los intermediarios italianos se llevaron algún cuadro suyo, de origen español, y se comprometieron a encargarse de todos los permisos necesarios para sacar las obras de arte del país, pero no los tramitaron.

CUADROS SIN VALOR

Ha comentado que sus cuadros "no tienen prácticamente valor" y que los intermediarios italianos no le han devuelto las obras de arte hasta hoy, a pesar de que no se vendieron en la subasta.

Según la legislación, cualquier obra de arte con más de cien años de antigüedad requiere un permiso de salida del país, ha apuntado Sanz, quien ha señalado que "si hubieran tramitado los permisos, no habría ningún problema".

EL ARRESTO DEL 2008

El 26 de septiembre del 2008, Sanz fue detenido en Córdoba en relación con un presunto delito de estafa a raíz de la denuncia interpuesta por una entidad bancaria.

El arresto del exdirigente madridista se produjo cuando, supuestamente, intentaba cobrar unos pagarés falsos por una importante cantidad de dinero. Tras prestar declaración ante la policía, Sanz quedó en libertad.

Dos meses después, el empresario fue citado a declarar en la Audiencia Nacional imputado por los delitos de estafa y falsificación en documento mercantil en relación con una operación inmobiliaria en Cannes (Francia), aunque finalmente no tuvo que acudir al ser retirada la querella interpuesta contra él.

La denuncia había sido presentada por un intermediario italiano llamado Desiderio Rosatto, que aseguraba que el exdirigente madridista le adeudaba 2,4 millones de euros.