Todos hablaban directamente con Andrés, aunque estuviera a miles y miles de kilómetros. Hablaban con él a través de un espejo. No era muy grande. Pero ese espejo que tenían delante suyo, al que miraban constantemente, servía como hilo de conexión.

Era como si las cámaras, en las manos de Alejandro García y Albert Eritja, sabiamente dirigidas por Oriol Bosch, el primer director del documental, no existieran. Solo ese mimado y protegido espejo, que voló por todo el mundo, convertido en el gran tesoro de cuatro enloquecidos y, a la vez ordenados meses de trabajo final para sorprender al codirector de la obra, el propio Andrés Iniesta.

Una obra construida con la paciencia iniestana. O sea, años y años de manejar la idea. No es ninguna exageración. Desde el 2012, cuando decidió iniciar el libro La jugada de mi vida, escrito junto a Ramon Besa, que terminó apareciendo en septiembre del 2016.

Ese viejo proyecto se activó, ahora sí, con su marcha a Japón, el segundo viaje vital que emprendió el excapitán azulgrana. El primero fue de Fuentealbilla a La Masia (1996); el segundo, del Camp Nou a Kobe (2018).

Año y medio de trabajo

Un año, por lo tanto, para ir perfilando el documental, inspirado por Andrés e impulsado luego por Joel Borràs, el fundador de Sports&Life, la empresa que le representa, y avalado el proyecto por Rakuten Un año en el papel y cuatro meses más para descubrir la faceta del Andrés productor facilitando un poco más el trabajo a las terriblemente eficientes Miriam Botí y Marta Vilarrasa

Iniesta, en la reunión de octubre pasado, en el que se cerró el guión. / RAKUTEN TV

Cuando algo se encallaba por lógicas cuestiones de agenda -todo el rodaje se hizo en plena competición cuando el fútbol vivía en la normalidad, ajeno al peligro que se le venía encima-, él cogía su móvil y enviaba mensajes a antiguos compañeros.

Entonces, puertas imposibles se abrían al instante como si fuera "Harry Potter con una varita", así lo define Luis Enrique en el documental. Muros inalcanzables se transformaban en apacibles senderos. E inacabables y engorrosos filtros se desencallaban al instante.

Oriol Bosch, el director del documental, en un bar de Fuentealbilla. / RAKUTEN TV

A veces, no era necesaria esa ayuda. Solo citar su nombre y clubs enteros, como Espanyol, Madrid, Manchester City, Chelsea, Juventus, París SG, Hércules, Burgos, Albacete y Vissel Kobe por ejemplo, entregaban generosos todo lo que tenían. En el Barça no hacía falta nada de todo eso.

Era su casa y estaba abierta de par en par para desfilar todos de manera cómplice ante ese espejo. Desde Valverde, aún era entrenador, a Messi. Desde Piqué a Suárez, a quien acogió a su lado en el vestuario cuando llegó tratado como un delincuente tras el mordisco a Chiellini en el Mundial de Brasil-2014.

Cerca del "abismo"

En la selección, más de lo mismo. De Ramos a Torres, del capitán y símbolo madridista al Niño que es leyenda del Atlético, pasando por Vicente del Bosque, el entrenador que le esperó cuando vivió el año más oscuro y tenebroso de su carrera deportiva. El año en el que marcó el gol de Stamford Bridge y se precipitó al "abismo", como confiesa Mari, su madre. Y asiente angustiado José Antonio, su padre.

Mari, la madre de Iniesta, durante la entrevista. / RAKUTEN TV

Y certifica con precisión Inma Puig, su psicóloga, quien aparece por vez primera en público para contar como era el paciente Andrés. Mari tampoco había salido antes. Discreta y tímida como es siempre, quiso eludir la visita ante el espejo.

Se necesitó un viaje en tren de Barcelona a Valencia más un taxi Valencia-Fuentealbilla, con un taxista del pueblo, para quebrar esa desconfianza con la cámara. Pero ella acabó sentada en la misma silla descubriéndole a su hijo cosas que ni él sabía. Ni, por supuesto, había escuchado nunca de su propia madre. No siempre se dice todo. Y si es malo, menos aún. Para qué hacer sufrir a los hijos!

Guardiola, durante la entrevista para el documental en Manchester. / RAKUTEN TV

Ya sufrieron todos en silencio esos momentos. En casa, mucho más. En el campo, aún ni lo sabían. "No nos dimos cuenta de la magnitud de la situación que vivió Andrés", confesó Piqué, reprochándose aún que "hubierámos podido ayudarle más".

Pero nadie entró en ese tormento. "Yo no sé qué hacer. Es la primera vez que me pasa", le dijo Pep Guardiola a Inma Puig. "Tú eres la que sabes. Lo que nos interesa es el Andrés persona, no el jugador", le contó el entonces técnico del Barça a la psicóloga, que no acometió sola esa compleja tarea de reconstrucción.

Meses negros

"Yo no lo digo porque quiera ser ejemplo de nada. No, no. Lo digo porque me ha pasado a mí y le pasa mucha gente", explica Andrés, sin saber que Anna, su esposa, relata ante el espejo esos meses negros en los que ella le sostenía a él como luego él la sostuvo a ella cuando perdieron al hijo que estaban esperando.

Valeria, Paolo Andrea, Andrés, Siena, Anna, con Romeo, paseando por Kobe. / RAKUTEN TV

"Estamos hechos el uno para el otro porque nos entendemos muy bien, con solo mirarnos ya sabemos lo que pensamos", explica tras protagonizar un noviazgo a dos velocidades. "Para mí, fue un flechazo al instante, a ella le costó un poco más", recuerda Andrés mirando al espejo.

Anna, la esposa de Andrés, durante la entrevista que se realizó en Kobe. / RAKUTEN TV

Pero Anna, junto a toda la familia (Maribel, su hermana, Juanmi, su cuñado) ejercieron de valiosos y silenciosos pilares para sostener a una persona cuyo mayor drama era que no se encontraba a sí misma. "Sí, me han sorprendido muchas cosas que han dicho. No las había escuchado antes", admite Andrés, asombrado todavía de saber cosas nuevas sobre su vida. O como la han vivido los que están a su alrededor. No todo está en Google. Siempre hay algo nuevo que, al final, sí acaba en Google.

Dos Iniestas

Había entonces dos Iniesta: el que veía la gente, jugador famoso, que lo tenía todo, obligado a proyectar esa imagen fuera de triunfador indestructible. Y luego estaba el auténtico, el real. El Iniesta interior, el que se encerraba en casa, dormía con su madre o estaba tirado en el sofá, como reveló Sesi, uno de sus amigos, sin ganas de hacer nada.

Anna, con Siena en sus brazos; Andrés, con Paolo Andrea. Y Romeo, el más pequeño, en la hamaca. / RAKUTEN TV

Hasta creía que se le había olvidado jugar a fútbol. Buffon, otro de los mitos del fútbol, abrió el hogar de la Vechia Signora para sentarse ante el espejo y contarle cosas a Andrés. Unidos ambos, aunque de forma invisible. Gianluigi superó una depresión y luego ganó el Mundial-2006; Andrés superó una depresión y ganó el Mundial 2010.

Más de 50 personajes

A la Juventus, como al Chelsea ("mi mano se quedó a 18 milímetros del balón", confesó Petr Cech, el portero checo, en la primera vez que hablaba del Iniestazo más de una década despues), se llegó sin necesidad de que el productor Andrés activara su mágico Whatsapp.

Alejandro graba la escuadra del Iniestazo en Stamford Bridge. / RAKUTEN TV

Y Stamford Bridge, uno de sus cuatro templos favoritos, se puso a su disposición. No estaba, pero parecía que ese disparo se reproducía en medio del silencio imponente que provoca cualquier estadio vacío. Aquel disparo provocó tal impacto que aumentó la natalidad en Catalunya tras el mayo del 2009. Los otros tres son la pista de Fuentealbilla, el Camp Nou y el Soccer City de Johannesburgo.

Más de una década después, Cech habló por vez primera del gol de Iniesta. / RAKUTEN TV

En un tiempo récord, más de 50 personas se sentaron detrás de ese espejo sabiendo que, en realidad, estaban mirando a los ojos de una persona que estaba observándoles desde Kobe. La distancia no era problema. Ni la diferencia horaria con Japón.

El guión lleva la firma de Pep Bras, Laia Miranda y Raül Llimós y el impecable sonido (descubrimos que hay molestas sillas que hacen ruido) pertenece a Gerard Tàrrega. Pero todo, al final, estaba en manos de Oriol y Andrés, a quien solo faltó colarse en la sala de posproducción para ayudar en esas delicados manos de los montadores Jordi Arañó y Óscar Hernando, que se dejaron las pestañas tras recortando horas y horas de grabaciones en apenas 86 minutos.

No entró físicamente en esa diminuta sala de El Barrio, pero estaba presente, a través de mensajes constantes con Oriol, mientras Itziar Larisgoitia, coordinadora de la postproducción, tejía junto a David López e Iñaki Sanz ese trabajo. Y el look era obra del director y de Jordi Bransuela, el colorista, con Alex Vilches, asumiendo la postpo de audio. Todos jugando para completar una película que habla de la vida más que del fútbol.

Villa y Andrés observan el entrenamiento de sus hijos en Kobe. / RAKUTEN TV

Aunque quien producía y coordinaba era Andrés desde Kobe, contactando con sus amigos para que fueran siempre puntuales, como tanto le gusta a él. Y el jueves, a través de la plataforma de Rakuten TV, se verá la primera obra conjunta rubricada por Andrés y Oriol: Andrés Iniesta, el héroe inesperado, realizada por Producciones del Barrio de Jordi Évole y Ramon Lara.

O como la vida se cuenta dialogando con un espejo. Solo hay dos personas que aparecen fugazmente en el documental, pero sin sentarse. "Por Andrés, lo que haga falta", dijo el padre de Dani. "¿Lo verás pronto? Si lo ves, dale un abrazo muy fuerte, le queremos mucho", apuntó ella. Era la madre de Dani Jarque. Al instante, él lo supo. Y lloró.