"Gooool de medio campo, nos sorprendió a todos, y Venezuela va a ganar un partido increíble. ¡Guauuu, piel de gallina! ¡Qué puntería! Nos quedamos sin palabras. Tremendo". A los 17 años, Deyna Castellanos arrancó todas las exclamaciones posibles de los comentaristas venezolanos. La selección vinotinto disputaba en el 2016 el Mundial de fútbol femenino Sub-17 en Jordania, y la joya de Maracay anotó su diana más prodigiosa.

Aquel decisivo tanto desde el centro del campo -y en el minuto 93- contra unas camerunesas que tampoco pudieron salir de su asombro le ha servido para ser nominada al Premio Puskas de la FIFA al mejor gol de la temporada. Y peleará sola frente a nueve hombres. "Esto demuestra que el sexo femenino no es el sexo débil", dijo Deyna, también finalista del premio The Best junto con la estadounidense Carli Lloyd y la holandesa del Barça Leke Martens. "No esperaba estar entre las tres mejores".

La 'Messi venezolana'

Va a la cancha llueve o truene, así tenga los tobillos inflamados o dolores corporales, porque no es capaz de ver un partido sentada. A su manera, quiere rendir homenaje al nombre que para ella eligieron sus padres: (Kazimierz) Deyna, en honor al cerebro de la selección polaca que deslumbró en los años 70. "Todo es posible con disciplina y amor", asegura la denominada reina del gol y la Messi venezolana.

Nació en abril de 1999. Por entonces el fútbol empezaba a contagiar a los venezolanos. Uno de los que prestó más atención al balompié que al béisbol fue el niño Álvaro Castellanos. Se animó a abandonar el bate y cambiar de deporte. Su hermanita menor, Deyna, terminó contagiada por ese entusiasmo. "Iba con él y me quedaba chutando y chutando. Hasta que un entrenador me vio y habló con mis papás", ha contado.

Lo que no estaba en los cálculos familiares es ese talento que la hizo única en la escuela San Ignacio de Maracay. En el 2013, con 14 años, entró en la academia de Fútbol Juan Arango, aquel fino volante zurdo que llegó a jugar en la Liga española (Mallorca) y la Bundesliga (Borussia Mönchengladbach).

Becada en Florida

A partir de ese momento, todo fue tan vertiginoso como halagador para la dueña de la camiseta número 9. Fue campeona con Venezuela en el Sudamericano Sub-17 disputado en Paraguay, pichichi en el Mundial Sub-17 que se disputó en Costa Rica, subcampeona en el Olímpico juvenil en China. El año pasado, en el Mundial de Jordania marcó 12 goles en 7 partidos, entre ellos el que le hizo a Camerún e hizo furor en las redes sociales.

Se habló tanto de Deyna que recibió una beca para estudiar en la Universidad Estatal de Florida. No tardó en transformarse en la figura del fútbol de ese país. "A veces me reconocen públicamente. Pero sigo siendo la misma chica alegre, coqueta y sociable". Su principal aspiración tiene que ver con la Copa Mundial Femenina que se organizará en el 2019 en Francia.

Deyna ha trastocado las jerarquías en el deporte venezolano, al punto que su desempeño ejemplar suele ser utilizado por el chavismo como modelo. "Hace como Cristiano Ronaldo. Fíjense en ella. Nunca hay que bajar la guardia. Eso sirve para todo, ministros, ministras", les aconsejó Nicolás Maduro.