ARROYO: Savu; Belmonte, Santi Polo, Loaisa, Asiel, Ganet, Pina (Antonio, min. 75), Armero (Ernesto, min. 46) Carlos García, Casado (Carlitos, min. 66) y Aday.

AMANECER: Nacho; Juanjo Polo (Lucas, min. 75), Nieves, Pavón, Herrera, Manolo, Juanqui Nuñez, Jetu (Victor Guerra, min. 61), Chori, Isma (Edinho, min. 61), y Rai.

GOLES: 1-0: min. 29, Carlos García. 2-0: min. 61, Carlos García. 3-0: min. 87, Antonio.

ARBITRO: Valle Izquierdo. Mostró tarjeta amarilla a Hedrera, Pina y Loaisa, por el Arroyo; y a Nieves, por el Amanecer.

Pareció coger por sorpresa al Arroyo el ímpetu del Amanecer. Los de Sierra de Fuentes vivieron el partido como se vive un derbi, mostrándose intensos, agresivos, cortantes en cada una de sus acciones. Además, bajo la presencia de Manolo, dispusieron de varios acercamientos que, si bien no fueros ocasiones claras, sí que hicieron que el Arroyo despertara de su letargo para acabar quedándose con los tres puntos de forma clara (3-0).

Todo giró tras el tanto de Carlos García a la media hora de juego. Decía Bilardo que un córner mal sacado puede acarrear un gol en contra. Así fue, para desgracia sierrafuenteña. El rechace de su saque de esquina fue a parar ya en campo contrario a Aday, que tras levantar la cabeza y ondear el horizonte encontró a Carlos García en el segundo palo. Allí, el incisivo extremo remató tirándose al suelo para hacer el tanto inicial.

A partir de entonces, el control del Arroyo fue casi total. El Amanecer rebajó revoluciones, y todo fluyó de mejor forma tras la entrada de Carlitos, con el que Adolfo Muñoz construyó un triángulo (Carlitos-Ganet-Pina): un rondo.

El segundo tanto fue obra también de Carlos García, que hizo del segundo palo su particular salón de juegos. Esta vez convirtió el gol a pase de Pina.

El Amanecer acusó el cansancio de su tempranera intensidad. Solo Rai tirando de picardía lograba rascar alguna falta que no finiquitaba en peligro para la portería de Savu. Ya en la recta final, y bajo un clima relajado, con el partido en 'standby', llegó el ultimo tanto, fruto del hambre de Aday, que obligó a Nacho a esforzarse para repeler un balón que finalmente sintió el pie de Antonio, que convirtió el tercero.

Los tres puntos, de obligado cumplimiento para los arroyanos en un principio, les sirven para alejar aún más a un Calamonte venido a menos.