¡Menuda jornada de nervios! Hoy se ha notado que ha sido el primer día en que la gente se lo ha tomado muy en serio. Por esta razón ha habido tantas caídas. Todos los líderes querían estar en cabeza de pelotón y, desgraciadamente, con carreteras tan estrechas, no cabíamos todos. Parecía que unos y otros buscábamos la pole position.

Ha sido bueno que por fin nos encontráramos con algo de montaña en este Tour. Pero las fuerzas todavía están muy enteras. Nadie ha flaqueado, a no ser por las caídas. Vaya trompazo que se ha dado Vinokurov. Se ha caído delante mío. Ha sido muy mala suerte la suya porque se podía haber hecho daño de verdad. Es un rival, pero es un buen tío y por eso no le deseo ningún mal. Ojalá se recupere finalmente, aunque ya nos han dicho que se ha llevado un buen trompazo en la rodilla.

Solo contaré para que vean lo rápido que se ha circulado hoy, que no hemos tenido ni tiempo de orinar. Me han dicho que se ha visto por la tele cómo Valverde y yo nos rezagábamos del pelotón en el puerto de segunda. ¡Es que nos estábamos orinando! Era imposible parar y desde que hemos comido y bebido en el avituallamiento, un montón de kilómetros antes, no había forma de encontrar un momento de serenidad. Siempre es mejor detenerte en el puerto porque si estás bien de forma, esprintas un poco y capturas al pelotón.

Hoy, además, de propina, hemos tenido 120 kilómetros extras para encontrar el hotel. Así es el Tour.