Don Benito y Cacereño marcaron la carrera de Diego Gómez-Pantoja Simón (22/05/1992). El delantero, que actualmente viste la casaca del Montijo, ha defendido ambos escudos. Este domingo puede ser un héroe casi sin buscarlo. «A nadie le gusta que celebren un título en su casa, somos muy competitivos», reconoce el propio jugador.

La victoria y el esfuerzo no se negocian par Pantoja. «No concibo salir a jugar sin ir a ganar. Nos da igual que venga el Don Benito o el Real Madrid. A nadie le gusta perder, por eso tenemos que tirar de orgullo y amor propio. No nos estamos jugando nada a nivel de clasificación, pero despedimos la temporada en nuestro campo», aduce. Llega en plena forma ante el último compromiso. La jornada pasada, ante el Arroyo, anotó cuatro goles. En total, lleva 14 dianas. «Fue un poco raro, el Arroyo se jugaba mucho y tengo buena relación con su técnico Javi Moreno, coincidimos en el Cacereño. Fue una sensación agridulce, pero lo recordaré toda mi vida», explica.

De momento, Pantoja no ha recibido ningún mensaje desde el vestuario de Ximo Mas, donde tiene algún que otro amigo. «Del equipo actual solo conozco a Carlao, es amigo de la ciudad y hablamos bastante, pero aún no me ha mandado ningún mensaje para animarnos a ganar al Don Benito. De mi etapa allí, estaba en 2ª B, no queda nadie», recuerda.

El fútbol es amistad, y también tiene conocidos en el vestuario del equipo de Juan García. «La temporada que estuve allí fue de transición, pero me hizo mucha ilusión estar en un equipo histórico. Miguel Rubio confió mucho en mí e hice una buena temporada, aunque a la hora de irme al Villanovense hubo algunos problemas, pero no guardo rencor a nadie», recuerda Pantoja.

A sus 25 años, tiene un amplio currículum en la región y también fuera. Trotaequipos total. «En el Jerez de Pastelero empecé jugando y luego tuve unas discrepancias con él. Luego firmé por el San José. En el Don Benito, Miguel Rubio me cambió la posición, pasé de extremo a delantero. Luego estuve en Villanovense y Extremadura, que quizás sean los dos clubs más grandes donde he jugado», rememora.

Fuera de la tierra del verde, blanco y negro, también ha seguido disfrutando. «Estos últimos años he estado en Ibiza y Zaragoza viviendo del fútbol. Esta temporada decidí volver a casa y el Montijo por proyecto y cercanía fue el elegido. Históricamente estamos por debajo de otros, pero quizás sea dar dos pasos atrás para dar uno hacia delante», analiza.

Su vida ha cambiado, pero la concepción del fútbol es la misma: disfrutar, disfrutar y disfrutar. «Es muy distinto, antes vivía por y para el fútbol. No he estado cobrando 2.000 euros al mes, pero me pagaban el piso y me daban un sueldo digno. Es bonito que te paguen por hacer lo que te gusta. Ahora trabajo en una empresa familiar de administrativo», reflexiona el jugador pacense.

El domingo, en Cáceres estarán pendientes de ese juvenil que Ángel Marcos decidió subir al primer equipo. Rezarán para que Pantoja vuelva a perforar las redes, como hizo ayer y como hará mañana. Aunque a él no le van las individualidades. «Si marco estaría contento porque al final un delantero vive del gol, pero si ganamos estaré igual de contento», concluye el killer montijano.