El colombiano Juan Mauricio Soler, del Barloworld, volvió a poner al ciclismo de su país en el mapa del Tour de Francia al imponerse en la etapa reina de los Alpes, la del mítico Galibier. Asimismo, los españoles con Alejandro Valverde, segundo en meta y Alberto Contador al mando quemaron la traca para eliminar a Vinokourov y asaltar la general con cuatro puestos entre los 10 primeros de la clasificación.

Soler, de 24 años, ganó al estilo que antes marcaron sus compatriotas Lucho Herrera y Fabio Parra, en solitario, después de una lección de escalada en el mítico Galibier, donde cimentó su triunfo en la novena etapa entre Val D´Isere y Briancon, en el mismo lugar donde Vinokourov quedó fuera de combate con los ataques, primero de Valverde y posteriormente de Contador, que también recuperó imágenes del escalador tipo español de épocas pasadas.

La etapa comenzaba con el ascenso del Iserán (2.770 metros, techo del Tour), nada más levantarse la bandera se sucedieron los ataques. Primero saltó el español José Luis Arrieta (Ag2r), le alcanzó el ucraniano Yaroslav Popovych (Discovery) y el ex escudero de Armstrong se fue solo hacia la cima, donde coronó los 15 kms de subida con escasa ventaja sobre un grupo que se unió en el descenso donde viajaban José Iván Gutiérrez, Mikel Astarloza, el ruso Gusev y los franceses Clement y Vaugrenard. El pelotón con los favoritos viajaba a 1 minuto de la cabeza.

En el ascenso del Telégrafo, un puerto retorcido en mil curvas de 12 kms de longitud, antesala del Galibier, atacó Astarloza con todo un universo por delante y sin mucho fuelle, pero el atrevimiento le condujo en solitario a la cumbre. Por detrás Vinokourov visitaba la consulta del médico en busca de calmantes y sus compañeros de cartel de favoritos, con los dientes afilados al son del Rabobank, pasaban el puerto a 3.09 de Astarloza.

ELEGIDOS Restaba el colosal Col del Galibier, con sus 18 kms de pendiente, a 2.645 metros de altitud, donde la leyenda solo habla de elegidos. La mitología se justificó en este santuario del ciclismo, donde el colombiano Soler volvió a poner a su país en el mapa del Tour, ya lejano el tercer puesto de Fabio Parra en 1988. El corredor del Barloworld coronó como un meteoro, implacable después de hundir en un santiamén a todos sus rivales.

Por detrás Valverde se animó a atacar, hasta en dos ocasiones y seleccionó al grupo de los fuertes, donde ya no estaba Vinokourov, ni Pereiro, ni Sastre. Pero estaba Alberto Contador para arrancar a 3 kms del tope del coloso alpino al puro estilo Perico Delgado, tan demoledor como el colombiano. Intentó seguirle Cadel Evans, pero se desinfló ante el ritmo del madrileño, que pasó el puerto junto a su compañero Popovych a 2 minutos de Soler, en una jugada maestra del equipo estadounidense.

Soler, que "nunca había soñado con ganar una etapa en el Tour" bajó en plan kamikaze hasta Briancon, ajeno a que detrás Popovych y Contador iban como motos y a que al dúo se uniría un grupo aún más poderoso con Valverde y el líder. Todos contra uno y no hubo manera. Soler, hijo de campesinos, sustituyó a Santiago Botero en el palmarés del Tour, último ganador colombiano, en 2002, y recordó las gloriosas tardes de Lucho y Fabio, los escarabajos.