Acabó la temporada para el Alqázeres Motor, que no estuvo ni mínimamente cerca de competir en su eliminatoria de ascenso a la Liga Femenina 2 ante el Distrito Olímpico. Si en la ida había sido barrido (41-86), en la vuelta ocurrió tres cuartos de lo mismo, incluso todavía por mayor diferencia (88-38). La inmensa diferencia de nivel entre los grupos a los que representaban, el manchego-extremeño y el madrileño, quedó bien patente durante los 80 minutos de este desigualado pulso.

Las cacereñas acudieron con nulas esperanzas al choque disputado en la barriada de San Blas, al este de Madrid. La ausencia de su base titular, Marta Sanz, y el bajo momento de forma de varios de sus referentes convirtió la misión en absolutamente imposible. El objetivo fue más bien ofrecer una imagen positiva y se consiguió en cuanto a lucha, pero no en cuanto a acierto. Por si fuera poco, su oponente estuvo especialmente inspirado, sobre todo el tiro exterior, acumulando once triples.

El único cuarto fue el único mínimamente pasable para el Alqázeres a nivel ofensivo, aunque ya acumulaba a su final una desventaja de once puntos (29-18). A partir de entonces, las canastas extremeñas se espaciaron mucho en el tiempo. Al descanso, el Distrito Olímpico vencía por 50-23 y al final del tercer cuarto, por 74-31. Para mayor infortunio, dos jugadoras visitantes, Sira Hisado y Carla Olleros, tuvieron que retirarse lesionadas.

La campaña del filial del Nissan Al-Qázeres Extremadura ha sido prácticamente calcada a la anterior: campeón liguero en el grupo manchego-extremeño ganando la mayor parte de sus encuentros y eliminación a las primeras de cambio cuando el cruce contra un rival madrileño eleva drásticamente la exigencia. En todo caso, el club está satisfecho del progreso de sus jóvenes jugadoras.