El serbio Novak Djokovic se clasificó para su cuarta final de Roland Garros, el único Grand Slam que todavía no ha ganado, tras derrotar al austríaco Dominic Thiem por 6-2, 6-1 y 6-4 en 1 hora y 48 minutos. Su rival será el escocés Andy Murray, que ha logrado el acceso a su primera final en París al derrotar al vigente campeón, el suizo Stan Wawrinka, por 6-4, 6-2, 2-6 y 6-2.

Por lo que respecta a Djokovic, actual número 1 del mundo, es su sexta final consecutiva de un Grand Slam, superando la mejor serie del español Rafael Nadal, que encadenó cinco entre Roland Garros de 2011 y el de 2012. También empata el serbio con el español en número de finales de Grand Slam disputadas, 20, de las que ha ganado 11.

Como viene haciendo en sus últimas victorias, el serbio invitó a los recogepelotas a festejar con él el triunfo desde el centro de la pista, laSuzanne Lenglen, la segunda en importancia porque la lluvia obligó a agrupar hoy las semifinales masculinas y femeninas.

El tenista aseguró que para el tramo final del torneo ha recuperado su mejor nivel de tenis. "Estoy haciendo mi mejor tenis en el mejor momento. No empecé muy bien este torneo, pero ahora estoy a un gran nivel. Estoy en la situación que sueño cada año, en la final de Roland Garros", aseguró el jugador.

En su cuarto día consecutivo sobre la tierra batida de París, a causa de los retrasos acumulados por la lluvia, Djokovic se mostró muy superior a Thiem, de 22 años, considerado como una de las promesas más firmes del tenis mundial. En su primera semifinal de un grande, el tenista austríaco se encontró con un Djokovic espléndido, muy ofensivo y, sobre todo, muy sólido en la defensa.

El serbio no relajó en ningún momento la presión sobre su rival, obligado a ir siempre a remolque en el partido. Con una rotura en el segundo juego del primer set, Djokovic marcó el signo del encuentro en el que Thiem, pese a que jugó un buen tenis, apenas tuvo opciones.

Al joven austríaco le falta aun experiencia para afrontar este tipo de partidos y dio la sensación de que le pesaron más los cuatro días seguidos de tenis que, al igual que Djokovic, ha encadenado. Solo en el tercer set pareció oponer algo más de resistencia cuando en el segundo juego rompió el saque de su rival. Pero fue un espejismo, porque el número uno del mundo volvió de nuevo a elevar su nivel en busca del triunfo.

VENTAJA DE 'NOLE'

Por su parte, Andy Murray, segunda raqueta del mundo, rompió su maldición de los últimos años y entró por fin en la final de un torneo en el que había caído en semifinales en las dos últimas ediciones. "Sabía que tenía que jugar mi mejor tenis. Creo que he hecho uno de los mejores partidos de mi carrera sobre tierra batida para poder vencer a un rival tan temible como Stan", afirmó el tenista británico.

Desde el principio del torneo se mascaba una final entre los dos hombres más en forma del tenis actual, que han jugado dos de las tres precedentes en los Masters 1.000 de tierra batida, con un triunfo para cada uno, el serbio en Madrid y el británico en Roma.

Y la retirada del español Rafael Nadal, lesionado en una muñeca, privó al torneo del hombre que más posibilidades tenía de evitar ese duelo. Tampoco lo hizo Wawrinka que el año pasado dio la sorpresa al privar a Djokovic del último gran trofeo que le resta.

Murray se convirtió así en el primer británico que llega a la final de Roland Garros en la era Open, después de que lo hicieran Fred Perry y Bunny Austin en los años 30.

También es el primer británico que alcanza las cuatro finales de los Grand Slam y con la de este domingo suma ya diez apariciones en el último partido de un torneo grande, de los que se ha apuntado dos. Se convierte en el décimo tenista que juega las cuatro finales y en el séptimo más joven en hacerlo. Será el duelo número 34 entre Murray y Djokovic, que ha ganado 23 veces al británico.