Novak Djokovic ansiaba marcharse de Pekín con la cabeza alta. Después de 101 semanas ininterrumpidas como número 1 mundial, el tenista serbio necesitaba ganar el título de Pekín antes de que hoy aparezca en la clasificación del circuito en segunda plaza a 60 puntos de Rafael Nadal. La victoria era la mejor forma de lanzarle el guante a su rival. "La temporada aún no se ha acabado", había dicho antes del partido y, sobre la pista, lo quiso demostrar con hechos y una victoria contundente por 6-3 y 6-4.

"Necesitaba ganar. Hoy quería tocar con mis manos la copa y vencer a Nadal, ganar al jugador que está demostrando ser el mejor esta temporada 2013. Este triunfo es muy importante para mi confianza, tanto mental como emocionalmente", valoró orgulloso el tenista serbio, que rompió una racha de tres derrotas consecutivas ante Nadal en las semifinales de Roland Garros, las finales de Montreal y el Abierto de Estados Unidos.

DEMASIADO FUERTE Djokovic entró en la central Brad Drewett, dedicada desde ayer al presidente de la ATP fallecido el pasado mayo de un cáncer, con la intención de no volver a fallar ante Nadal. En 12 minutos el áun número 1 mundial se adelantó 3-0 y en 35 minutos se apuntó la primera manga, cediendo solo dos puntos en sus cinco juegos de saque. Djokovic solo cometió, además, cuatro errores no forzados imponiendo el ritmo del partido ante un Nadal demasiado defensivo y sin su chispa habitual. En la segunda manga el serbio rompió en el primer juego otra vez el saque de Nadal y mantuvo la ventaja hasta el final, a pesar de la mejoría de juego de Nadal. "No veía cómo pararle. Ha sido demasiado fuerte. No he tenido ni una oportunidad con el resto. El ha sabido mantener la bola muy baja y en esa pista es dificil crear efectos y contrarrestar su juego. Djokovic ha estado impecable. Le pegaba a todo cómo quería", admitió.

RETOS PENDIENTES El nuevo número 1 mundial encajó la derrota con resignación. "¿La derrota de hoy? Es algo normal cuando juegas contra alguien como Novak. En las últimas tres veces le había ganado yo, en partidos importantes como en Roland Garros, en Montreal o en Nueva Kork. Solo queda aceptarlo y felicitarle", razonaba Nadal, que ya piensa en el Masters 1.000 de Shanghái, donde volverá a cruzarse con Djokovic si los dos alcanzan la final el próximo domingo. De momento es feliz por haber recuperado el número 1 mundial que podrá mantener, seguro, las siguientes cuatro semanas antes de llegar a la Copa Masters de Londres, que empieza el 4 de noviembre y cierra la temporada. El único gran torneo que le falta.

"Mi objetivo es mantener el nivel de juego para intentar acabar el año como número uno, pero para eso necesito jugar bien y seguir trabajando", dijo.