El serbio Novak Djokovic venció hoy al chipriota Marcos Baghdatis en los cuartos de final de Wimbledon por 7-6 (4), 7-6 (9), 6-7 (3), 4-6 y 7-5 en un enorme partido que duró cinco horas y volverá a enfrentarse en semifinales de un Grand Slam al español Rafa Nadal, que se deshizo del checo Tomas Berdych en tres sets.

Al de Belgrado le sienta bien ganar a los puntos. A pesar de que no es un jugador precisamente frío, Djokovic se muestra impasible en la ruleta que supone jugarse un partido en un desempate, del signo que sea. En dieciseisavos, le ganó a Kiefer dos sets de esta manera.

Ayer, en los cuartos de final frente a Hewitt, todo un ganador de Wimbledon, se apuntó sus tres mangas después de ganar tres 'tie-breaks' para llevarse el choque en cuatro sets. Hasta el día de hoy, había vencido seis desempates y sólo había perdido uno. Él mismo asegura que se siente cómodo en esos instantes finales: "En los puntos más importantes he sacado lo mejor de mí mismo".

El serbio desperdició dos bolas de set en la primera manga con servicio del chipriota. Djokovic no pierde la compostura, acude al 'tie-break' y gana igualmente el set por 7-4 en el desempate. El centroeuropeo es uno de esos jugadores de rituales. Bota hasta 18 veces la pelota antes de servir. Si la ceremonia falla y se le cae la bola, vuelve a empezar. Mañana se enfrenta a Nadal, otro tenista que necesita de cierto protocolo antes de poner la bola en juego.

Pero es cierto, "Nole" no es frío. En el segundo set tuvo que cambiar de raqueta, no apta para el juego después de que el propio Djokovic la doblara de un raquetazo. La culpa la tuvo un 'break' no aprovechado por el serbio, lo que les llevó de nuevo a la 'muerte súbita', el terreno donde conquista este año sus partidos en Wimbledon. Mientras, los aficionados chipriotas que acompañan al de Limassol subían la moral de su ídolo con el constante grito de "Marcos Baghdatis".

De hecho, el segundo desempate del día pintaba mejor para el chipriota. Hasta cuatro bolas de set tuvo con su saque. Desaprovechadas todas, le tocó el turno a Djokovic. Se puso 10-9 y servicio para su rival. Baghdatis sirvió un saque prodigioso y salvó el set-point. O eso parecía. A pesar de que el árbitro dio por bueno el saque, Djokovic tiró del "Eye-Hawk", la tecnología que decide los puntos en la línea más complicados. La bola era mala; el chipriota debía sacar de nuevo. Con el segundo servicio Baghdatis cometió un error no forzado y Djokovic, una vez más, se hacía con una manga en el 'tie-break', después de 75 minutos.

En el tercer set Djokovic rompió el servicio de su rival en el segundo juego y se puso 2-0 arriba. Aún así, la historia se fue de nuevo al 'tie-break'. Esta vez Baghdatis, décimo favorito, se puso arriba con cinco 'matchpoints', de los que el serbio pudo salvar los dos primeros, y se hizo con el tercer set en 67 minutos.

El cuarto set iba camino del desempate cuando Baghdatis aprovechó un bajón físico de Djokovic para, ayudado por la red, hacer valer el primer punto de set y empatar a dos mangas. Tras esto, el serbio, que ya sufrió una lesión lumbar frente a Hewitt en la jornada de ayer, precisó de asistencia médica.

El último set fue un nuevo cara o cruz. El partido se alargaba más de cuatro horas y los dos jugadores se decidían por el camino más corto, un golpe ganador que resolviera cuanto antes. Ahí Djokovic tuvo también más sangre fría.

Tras cinco horas exactas, después de 413 puntos disputados, el serbio pasaba a semifinales de Wimbledon por primera vez en su carrera. Allí le espera el español Rafa Nadal. Belgradense y mallorquín se enfrentan en unas semifinales del Grand Slam de manera consecutiva. En el pasado Roland Garros, en el que el de Manacor venció en la final a Federer, Nadal ya superó a Djokovic en semifinales por tres sets.