Tampoco en la tierra batida de la Caja Mágica madrileña pudo Rafa Nadal parar a Novak Djokovic. El número uno del mundo perdió ante el número dos la tercera final consecutiva que ambos disputan, después de las de Indian Wells y Miami, pero fue la primera vez que el serbio pudo con el manacorense en su superficie preferida (7-5, 6-4). A tres semanas de Roland Garros, Nadal siente que la sombra amenazante de un incontenible Djokovic alcanza a su dominio de un territorio en el que hasta ahora reinaba con poder absoluto.

Treinta y siete triunfos seguidos llevaba el manacorense en arcilla, 13 de ellos esta misma temporada, con dos títulos en los dos últimos torneos que había disputado, Montecarlo y Barcelona. Es por eso, porque volvía a encontrarse en su elemento por antonomasia, que parecía llegada la hora de que acabara con la fantástica racha que exhibía a su llegada a Madrid el gran tenista de Belgrado y que ahora ha extendido a 32 triunfos consecutivos en lo que va de año. Un registro sólo por debajo de los de John McEnroe (42) y Bjorn Borg (33).

Con su nuevo título, Djokovic suma ya seis esta temporada. Empezó en el Abierto de Australia y ha encadenado los Masters 1000 de Indian Wells, Miami, Dubai y Madrid, además del torneo de Belgrado que le sirvió de preparación para jugar en Madrid. El número dos del mundo, que sobre el papel había tenido mayor desgaste que Nadal para llegar a la final, con crudas batallas ante David Ferrer y Thomaz Bellucci, se mostró intratable ayer.

CUENTOS CHINOS "Es un palo psicológico perder tres finales seguidas. Hay que ser realista. Es un palo, pero en la vida y en la carrera de todos hay momentos altos y bajos. El mío no es bajo ni mucho menos, lo que pasa es que el de Djokovic es altísimo", dijo tras su derrota el número uno, una privilegiada posición que presuntamente perderá antes de lo que cabía esperar. El lo tiene claro: "El número uno no peligra, es que está finiquitado. Esta es la realidad, pero no se acaba el mundo. Soy feliz cuando salto a jugar un partido y soy competitivo. De momento no he podido ganarle y vamos a trabajar para ello".

Y es que lo lógico es pensar que Djokovic seguirá restándole puntos. Ayer le restó otros 400 y, aunque todavía les separan 1.805, Rafa considera que la reducción puede acelerarse. "Lo normal es perder, no ganarlo todo seguido otra vez. Eso son cuentos chinos, películas y las películas se ven en la tele", comentó Nadal, que no perdía en tierra desde el 31 de mayo del 2009, en octavos de Roland Garros. A la cita parisiense le gustaría llegar, naturalmente , después de volver a ganar algún título. "No sé si algo va a cambiar en Roma, Niza o Roland Garros. Las cosas las tienes que cambiar tú y yo haré lo posible para mejorar".

Si lo consigue, evitará que le pase como ayer, que Djokovic empezó rompiéndole el saque dos veces seguidas y, aunque Rafa los recuperó en el quinto y noveno juego, acabó cediendo el set después de que la red ayudase a su rival dos veces en el 12º. Pero todo le costaba más trabajo que a su rival. La bola no le corría y los intercambios más intensos caían del lado del serbio, que le castigó con un revés cruzado impecable. Pese al inicio prometedor de la segunda manga, con rotura de Nadal en el primer juego, Novak volvió a imponer su ritmo y su pegada para acabar ganando en dos horas y 17 minutos.