Con un aval de 120.000 euros, con el patrimonio personal de Antonio Martínez Doblas, el Cacereño respira. Ya no hay amenaza. No pudo ser con el estadio, por las consecuencias que pudiera traer, pero el máximo acconista del Cacereño salvó ayer una situación límite ante la Federación Española de Fútbol.

La amenaza era seria. Zubi, Ismael Athuman y José Collado, los tres fichajes de invierno del club, podrían no haber tenido diligenciadas definitivamente sus respectivas licencias si el CPC no hubiera dado ese paso adelante. "Esta mañana (por ayer) lo he hecho con Cajalmendralejo", confirmó Martínez Doblas en un encuentro con periodistas.

Se desatasca así un problema que podría haber resquebrajado el equipo de Angel Marcos para lo que resta de liga. Con los lesionados (ayer entrenaron solamente once futbolistas) y estas tres ausencias, el panorama se hubiera tornado especialmente crudo.

El empresario segedano fue diáfano: "no voy a dejar tirado al Cacereño". En un tono mucho más animado que en los últimos meses, dijo que luchará por la permanencia del club en la categoría. De hecho, reconoció que está gestionando la llegada de un delantero que acompañe a Collado como punta de referencia. Tendrá que ser un profesional en paro, eso sí, ya que el plazo ya ha caducado el pasado lunes para el resto de futbolistas.

Doblas asumió que ha habido movimientos para la venta de acciones. En este sentido, aseguró que "están detrás" un grupo inversor italiano "que está pendiente de venir" e incluso gente de Cáceres. En cualquier caso, asumió que todo ello está aún muy 'en pañales'.

Tras lo ocurrido con la frustrada venta de la entidad verde a la empresaria mexicana Ana María Macías ("era una estafa", llegó a decir) Doblas sigue dispuesto a traspasar la propiedad del club, incidiendo en que tendrá que ser a alguien con la suficiente seriedad como para garantizar el futuro de la entidad.

El empresario apuntó que "en absoluto" se ha desvinculado del Cacereño y que solamente problemas personales le impiden estar cada domingo con su equipo. De hecho, dice sufrir en cada encuentro. "El otro día, estando en Sevilla y escuchando Canal Extremadura, me alegré del gol y dije: 'ya está', ya ganamos, voy a apagar la radio pero después la vuelvo a poner y 3-1 en contra. Lo paso muy mal".

El Cacereño está "muy saneado", asegura el máximo accionista, que asume que cada año el club le cuesta "un montón de dinero". Además, recordó que está gastándose su patrimonio en afrontar todo tipo de obligaciones que se le vienen encima.

Mientras todo ello ocurre, en el Cacereño hacen frente común para encarar el vital choque del domingo ante la Leonesa. Ayer hubo chuletada en el campo Manuel Sánchez Delgado, en Pinilla, donde habitualmente entrena el equipo. Se espera que los tres puntos sean una realidad para un equipo que está "al día" en cuanto al cobro.