España inició los Mundiales de Helsinki con buen pie gracias a la modalidad que más éxitos internacionales le ha dado, la marcha. Paquillo Fernández, un granadino de 28 años habitual de los podios, fue fiel a su tradición y, por cuarto año consecutivo, arrancó una medalla en la prueba de los 20 kilómetros. El actual subcampeón olímpico repitió la plata mundialista lograda hace dos años en París y, si no pudo ascender al peldaño del oro, fue porque a este metal se ha encariñado un pequeño ecuatoriano, Jefferson Pérez, que en el 2003 también le arrebató al español el título.

La sorpresa no fue tanto la repetición del estatus de París como la irrupción, en el tercer puesto, de Juan Manuel Molina, que realizó una carrera perfecta, de menos a más y manteniendo la cabeza fría, para encapucharse la medalla de bronce. Molina ya había sido tercero en el Europeo de Múnich del 2002, pero desde entonces tuvo que superar lesiones y contratiempos.

CRITICAS La espectacular arrancada de la marcha cubre casi la mitad de las expectativas del equipo español en Helsinki, fijada por los dirigentes de la federación española en cinco medallas, las mismas que en París-2003. Los marchadores acudieron puntuales al reto y elevaron ayer a 12 las medallas logradas en los Mundiales disputados desde 1983, un elevado porcentaje respecto al total de 30.

Paquillo también fue contundente en sus declaraciones. "Espero que todos estemos contentos con esta medalla de plata", afirmó el atleta, que no dejó pasar la oportunidad de enviar un mensaje muy claro a una federación que en esta ocasión, dijo, "no me ha ayudado una mierda". La queja tiene su origen en la decisión del marchador de recurrir como preparador al cuatro veces campeón olímpico, el polaco Robert Korzeniowski, retirado tras Atenas-2004. La Federación Española se ha negado a pagar al entrenador el 50% de las ayudas que presta al atleta, como está estipulado.

"Esta medalla la he pagado de mi bolsillo", dijo Paquillo, que se quejó de que los dirigentes y los técnicos federativos no se habían interesado por él. Curiosamente, recibió su medalla de manos del presidente de la Federación Española, José María Odriozola.

"Todo esto dice muy poco en favor de la federación", añadió Paquillo Fernández. "Yo he cumplido con mi medalla y ellos no han querido pagar nunca, poniendo pegas continuamente porque mi entrenador era extranjero. Es una falta de respeto a mí, a mi entrenador y a todo el mundo de la marcha".