El encuentro que el Mérida disputa hoy frente al Melilla en el Romano (12.00 horas) supone el punto de inflexión que lleva a seguir compitiendo por participar en la Copa la próxima temporada o tener una recta final del campeonato tan tranquila como anodina. Ojo, que el objetivo está ya conseguido y, sin perder la perspectiva de que el Mérida es un recién ascendido, el curso es de sobresaliente, pues nunca el equipo ha llegado a coquetear realmente con el descenso. Sin embargo, es mucho más bonito pelear hasta la última jornada por un objetivo y el Mérida tiene todavía todas las opciones de seguir haciéndolo.

Aunque virtualmente los romanos están salvados, el entrenador del Mérida, Antonio Gómez, sigue poniendo sus cábalas en los 45 puntos que se conseguirían venciendo al Melilla. Por eso, el preparador emeritense no duda en asegurar que en este encuentro "nos jugamos la vida. La final era contra el Marbella y perdimos, por eso hoy nos jugamos la vida; además, estamos en deuda con la afición, por eso vamos a intentar que las buenas sensaciones de Murcia se transformen en victoria en casa". Con respecto al equipo melillense, Gómez asegura que "son peligrosos tanto los de arriba, como los que están abajo en la clasificación, porque se están jugando el descenso y tienen que darlo todo, así que nosotros tenemos que dar más".

Las bajas del equipo emeritense son Vicente Moscardó por lesión y Jesús González por sanción. El sustituto para el lateral derecho la semana pasada fue Pablo Gil, haciendo éste un partido muy serio en defensa. Para este encuentro, en casa y ante un rival en teoría más asequible, Gómez podría buscar una alternativa más ofensiva colocando a Joaqui en el lateral y dando entrada a Jorge Troiteiro en una banda. El resto del equipo será el mismo que jugó en la Nueva Condomina.

Enfrente estará un Melilla del que el Mérida espera que le pueda pasar factura el partido que jugó el miércoles frente al Linares.