VALENCIA: Cañizares, Curro Torres, Ayala, Marchena, Carboni, Albelda, Baraja, Rufete (Aimar, m.63), Carboni, Angulo (Sissoko, m.82) y Mista.

OLYMPIQUE DE MARSELLA: Barthez, Ferreira, Beye, Hemdani, Meite, Dos Santos, N´Diaye, Flamini, Marlet, Meriem (Gavanon (ps), m.46+) y Drogba.

GOLES: 1-0, m.47: Vicente, de penalti. 2-0, m.57: Mista.

ARBITRO: Pierluigi Collina (ITA). Mostró tarjeta amarilla a Vicente y Carboni, por el Valencia y a Marlet y Drogba por el Olympique. Expulsó a Barthez (m.44) por el Olympique con tarjeta roja directa.

INCIDENCIAS: En el palco, los duques de Palma, en representación de la Casa Real. Al final, fiesta valencianista.

El Valencia completó ayer en Gotemburgo una temporada histórica al proclamarse campeón de la Copa de la UEFA ante el Olympique de Lyon, al que superó por 2-0, un triunfo que llegaba después de que diez días atrás se adjudicase el título de la Liga española. Las lágrimas de tristeza de las finales de París y Milán de 2000 y 2001 fueron ayer de alegría en las filas valencianistas tras volver a ganar un titulo continental casi 24 años después de que lograse los de la Recopa y Supercopa de Europa a principios de los años ochenta.

En la victoria de ayer, un hombre asumió buena parte del éxito valencianista: Miguel Angel Ferrer Mista , pues sobre él se cometió el penalti que abrió el marcador y suyo fue el segundo gol de la final. El murciano ponía así la guinda a una temporada personal casi irrepetible. Sólo le ha faltado jugar con la selección. Lo demás, de diez.

A lo largo de la jornada una de las preocupaciones era el fuerte viento con el que amaneció la jornada en Gotemburgo y aunque su intensidad decreció a la hora de empezar el partido, algunas ráfagas si que afectaron en varias ocasiones al juego.

El equilibrio de fuerzas que hubo en el inicio se rompió al cuarto de hora de partido, momento en el que el equipo francés se adueñó del juego, manejó el balón y merodeó por las cercanías de la portería ché.

El conjunto de Benítez se sacudió el dominio del Olympique antes de la media hora. Consciente de lo que estaba en juego y de que superior a su rival, controló el centro del campo, si bien no lograba conectar con sus jugadores más adelantados.

Unos problemas en la cadera habían puesto en duda la participación en la final del franco-marfileño Didier Drogba y a él se encomendó el Olympique, puesto que los marselleses trataron de llegar a la portería de Santi Cañizares con balones largos a su casi única referencia ofensiva.

LA JUGADA CLAVE Cuando parecía que la primera parte no daba para más se produjo la que fue la clave del partido. Un derribo en el área de Fabien Barthez a Mista, cuando el murciano trataba de superarle, significó un penalti en el minuto 44 y la consiguiente expulsión del meta.

Vicente Rodríguez inauguró el marcador ante el meta suplente francés Jeremy Gavanon, que tuvo que vivir el duro lance de entrar en el partido en frío y con el objetivo de detener un penalti.

Al margen del golpe psicológico que suponía el gol en el último minuto del primer tiempo y la desventaja en el marcador, el hecho de afrontar el segundo tiempo con un jugador menos era, quizá, la losa más pesada.

Pronto aprovechó el Valencia esta ventaja. Sabía que su rival estaba tocado y buscaba darle el golpe de gracia. Fue Mista, su mejor jugador ofensivo de la temporada, el que se encargó de dar la puntilla al fusilar a Gavanon dentro del área y marcar.

El partido ya se movió al son que tocó la orquesta de Rafael Benítez, un equipo ya incómodo y casi imposible de doblegar de por sí con el empate inicial y que se convierte en insufrible con una ventaja en el marcador.

Un durísimo disparo de Sylvain N´Diaye, que repelió con dificultades Cañizares, fue uno de los pocos sustos de los valencianistas, que en el tramo final se dedicaron a saborear el brillante momento que viven, tal vez, la época de oro del Valencia, con dos Ligas, una Copa de la UEFA, una Copa del Rey y una Supercopa en los cinco últimos años, a los que se unen dos subcampeonatos de la Champions.