Lo dijo Mark Webber: "Este año las carreras se deciden en la calificación y en la primera vuelta". Y así sucedió también en Brasil. El quinto puesto en la parrilla segó las opciones de Fernando Alonso de pelear contra los Red Bull. Primero Lewis Hamilton, y luego Nico Hulkemberg, permitieron a Alonso mostrar sus dotes para adelantar, pero, para entonces, los Red Bull ya caminaban solos hacia el doblete.

Sin restar mérito a la pole de Hulkenberg, el alemán desveló que había optado por configuración de agua para la crono. Sebastian Vettel le pasó en la arrancada y Webber en la recta opuesta. Antes de cubrir la primera vuelta, los Red Bull se escapaban y Hulkemberg se convirtió en un obstáculo. Claro que Alonso tenía que deshacerse primero de Hamilton. Le presionó hasta que el inglés dejó aflorar sus nervios y se fue largo en la curva del Lago.

Lo que Hulkemberg no mostró ante Webber, lo exhibió frente a Alonso. Le tapó una y otra vez hasta que el bicampeón le lanzó un hachazo en la sexta vuelta, también en la curva del Lago.

LA ESTRATEGIA Todas las miradas se centraron en el muro de Red Bull, donde Christian Horner decidiría la estrategia, el cambio de ruedas. No hubo nada raro. Hamilton fue el primero en cambiar gomas entre los primeros. Con los duros, mejoró su rendimiento un segundo por vuelta. Alonso fue el siguiente en entrar una vez lograda la ventaja para regresar a pista por delante de Rosberg. Vettel lo hizo una vuelta después. Y a la siguiente, Webber.

La carrera se estabilizó en la cabeza desde la vuelta 26 pero, por detrás, el tapón de Liuzzi formaba un trenecito . Fue Liuzzi quien volteó la carrera. Justo cuando Alonso llegaba para doblarlo, se fue violentamente contra el muro y provocó la entrada del coche de seguridad. La neutralización de tres vueltas fue aprovechada, en un gesto desesperado, por entrar a cambiar ruedas por segunda vez (Button, Hamilton, Massa entre ellos) con la esperanza de que los neumáticos nuevos y blandos les permitiesen una remontada. Esos 18 giros agruparon a 21 coches con muchos doblados intercalados. La cosa se puso peligrosa, porque los ocho doblados luchaba por su posición y no miraron demasiado a las banderas azules. Heidfeld fue castigado por hacer caso omiso. No debió ser el único. Sutil hizo perder 1.4 segundos a Alonso.

El coche de seguridad permitió, además, a los Red Bull refrescar sus motores y, sobre todo, los neumáticos. Así que, una vez retirado el safety , volvieron a rodar más rápido que Alonso. Pero cuando el asturiano se deshizo de los doblados, y puso a funcionar sus ruedas, comenzó a recortar diferencias. A un ritmo de medio segundo por vuelta, daba la sensación de poder llegar a Webber. Llegó a estar a 1.8 segundos. Fue más un intento de que Webber forzara su coche, que una opción real de adelantarle. Por eso desistió al final. Abu Dabi espera.