A Raymond Domenech, hijo de un refugiado republicano de origen catalán de la guerra civil española que nació hace 54 años en Francia, le ha cambiado la cara. Ya no es el mismo seleccionador crispado, distante, enfadado con el mundo que se paseaba por Alemania estas semanas. A Domenech, un técnico discutido, poco querido en su país, se le ve relajado. Tal vez, liberado porque se ha colado en los octavos de final terminando con el desastre que ahogó a Francia desde que se puso la corona de campeón del mundo en 1998.

La victoria sobre Togo, con Zidane mirándolo desde el interior del vestuario porque estaba sancionado, ha sido el motor del cambio. Hace unas horas, Domenech se imaginaba preparando las maletas, ya de vuelta a casa, fracasado. Pero hoy mira a España, su rival en octavos, con confianza. "No hay favoritos ni aspirantes. Ahora empieza el Mundial. Todo es a un partido. Pero si no eres sólido atrás, con España te vuelves a casa", admitió ayer el seleccionador francés, un arisco exlateral izquierdo del Olympique de Lyón. En el banquillo, no ha cambiado de carácter, por mucho que ahora se le viera aliviado de la presión.

EL DILEMA TACTICO A Domenech el triunfo sobre Togo le vino desde la vía de la osadía. Con Zidane recluido en el vestuario para que no le molestaran las cámaras, el técnico apostó por el ataque al unir a Trezeguet y Henry, algo que no había hecho nunca en este Mundial. Pero, claro, regresa Zidane. Y ya se sabe. El maestro es el dueño de la selección. El jefe. "Todos tienen posibilidades de jugar los cuatro partidos que nos quedan", se limitó a decir Domenech, dando por hecho que llegarán a la final de Berlín. Eso sí, se tuvo que rendir a la evidencia. Con Trezeguet, Francia jugó mejor. "Funcionó muy bien el ataque, vista la cantidad de ocasiones que creamos", comentó el técnico. Pero se cuidó de afirmar lo contrario. Que Francia jugó mejor sin Zidane. Aunque lo piense, no lo diría públicamente.

Mientras mantiene abierto de manera ficticia el debate --Zidane será titular el martes--, Domenech dedicó elogios a la selección española. "Marca muchos goles, juega bien y tiene futbolistas de alto nivel que todos conocemos. Pero también tiene puntos débiles. ¿Cuáles? Nos lo quedamos para nosotros".