Llegan los dos últimos fichajes del Cacereño al centro deportivo Sottoterra, donde también se someten a sesiones de preparación física, unos minutos más tarde de la hora fijada para la presentación. Sonrientes y accesibles, Dani Muñoz y Gabri Ortega coinciden en el inexcusable objetivo que se plantean: el ascenso a la Segunda División B y, si puede ser con sus goles, miel sobre hojuelas, aunque los dos dijeron primar el colectivo sobre lo individual. Ambos vienen como delanteros natos. «Esperamos mucho de ellos», deseó Luis Puebla, director general, a título global.

El andaluz Dani Muñoz (22 años) ya ha debutado. Y lo hizo ante el Arroyo con gol anulado injustamente incluido. Él mismo, que apuntó que sabía que las imágenes iban a demostrar la legalidad de su tanto porque no había fuera de juego, dijo que su fichaje se había concretado «por la progresión del club, porque va primero y su confianza en mí».

Y el joven punta, procedente del Sanluqueño, pero con experiencia anterior en Extremadura en las filas del extinto Díter Zafra y el Villanovense, se ha visto muy bien en estos primeros días. «Esto es como una gran familia, creo que hay muy buen equipo y que tengo que trabajar mucho». No sin insistencia previa, apunta que «10 estaría bien» cuando se le cuestiona sobre qué cifra de goles sería buena para él.

Gabri Ortega (Burgos, 29 años) muestra una cara de indudable felicidad cuando se le recuerda su temporada en el Badajoz, hace un par de años, cuando fue clave en el ascenso pacense a la Segunda División B con sus goles y asistencias, como una a Joaqui Flores que fue definitiva tras el tanto inolvidable de Juan Ramón Ruano en Calahorra. «Estoy muy contento por estar aquí», expresó, para afirmar después que se adapta a lo que le pide el entrenador en cada caso. Él, que en diferentes equipos ha jugado de segunda punta, en el Cacereño puede ser un ‘9’ fijo por su pegada y altura (1,89), pero todo se verá en los próximos meses.

Entrenó ayer por primera vez el punta burgalés, que procede precisamente del Calahorra, del grupo II de Segunda B, donde acumulaba dos goles. Puebla desveló que ya en verano se intentó su fichaje y el futbolista asumió que no renovó por el Badajoz tras su espectacular temporada por asuntos personales que le llevaron más cerca de su tierra. En concreto, firmó por el Portugalete, en el que volvió a ser determinante con su poderío goleador. «Cáceres es una ciudad de fútbol y es bonito estar aquí también en el centenario del club. El ambiente es bueno», recalcó Gabri, que ayer se estrenaba en el trabajo con sus nuevos compañeros. «Soy un jugador de equipo», abundó, y ya piensa en repetir ascenso 90 kilómetros más al norte de cuando lo hizo hace dos campañas.