La preparación del derbi de mañana entre Cacereño y Arroyo (12.00 horas) se ha visto alterada en la casa verde por la posible salida de dos de sus componentes. Pero el camino y las motivaciones de ambos son muy diferentes: mientras que Rafa Gómez está obviamente a disgusto con una situación irregular --apenas cuenta para el entrenador y se le debe más dinero que al resto de sus compañeros--, Toni, objeto de deseo del Nastic de Tarragona, asume que tendrá que quedarse si no hay acuerdo entre clubs.

"Sigo siendo jugador del Cacereño. Hasta que no haya un papel firmado, sigo siéndolo y voy a jugar el domingo", decía ayer el lateral izquierdo tras el entrenamiento matinal, a preguntas de este diario. "Entiendo al club. Soy un futbolista que está jugando y habrán pedido una compensación económica. Yo tengo que mantenerme al margen y seguir entrenando", agregó.

Toni apuntó que volvería a su Cataluña natal, pero repitió en varias ocasiones que no quiere "pensar más allá". "En mi cabeza lo que tiene que estar es el partido del domingo y lo que tenga que pasar, pasará. Es un derbi. Un partido ilusionante, con tres puntos diferentes. Llevamos trabajando toda la semana para sacarlos".

Reconoció además que su salida es "difícil" y que la oferta del Nastic es "interesante". "Esperemos que pase lo que pase, la semana que viene se resuelva todo y centrarme. No es bueno seguir esperando para mí ni para nadie", apostilló.

Malhumorado

Mucho más tenso pareció Rafa Gómez, que hace semanas expresó su intención de marcharse, lo que coincidió con que perdió protagonismo en las alineaciones y, lo que es más extraño, empezó a cobrar más lentamente que todos sus compañeros. De hecho, es al único de la plantilla al que se le debe, además de diciembre, una parte de noviembre: "Es por la situación que se ha creado, pero no debería tener que ver una cosa con la otra".

"A nadie le gusta esto, pero son cosas que pasan en el fútbol. Vamos a intentar arreglarlo de la mejor manera posible. El club sabe lo que yo pienso y se lo he comunicado", indicó ayer con rostro malhumorado. "Estoy mirando cosas para una salida --agregó--. Tengo varios equipos, pero no voy a decir los nombres. El Orihuela es una opción, pero lo he dejado un poco aparcado".

Pese a que sigue entrenando con la primera plantilla, Rafa Gómez llegó a decir "me han apartado del equipo y a nadie le gusta eso. Yo sé cómo son y la intención que tienen hacia mí. En el fútbol hay muchas cosas y hay que acatarlo. Ya he pasado por mucho. Hay que mantener la cabeza fría".

En todo caso, deja una pequeña puerta abierta a que el conflicto se atenúe. "No tengo ningún problema en quedarme aquí y dar el máximo, pero no me están poniendo la situación fácil", remarcó.