Solo fueron dos segundos, en la prórroga y con el partido ya decidido, pero José Manuel Calderón se convirtió ayer en el tercer español, primer extremeño, en jugar unas finales de la NBA tras Pau Gasol y Serge Ibaka. Su equipo, los Clevaland Cavaliers, perdieron 124-114 ante los Golden State Warriors a pesar de la estratosférica actuación de Lebron James (51 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias). «Es difícil decir quién es el mejor, pero él es el más completo de todos, probablemente», dijo el extremeño de su compañero de equipo.

Los Cav estuvieron muy cerca de sorprender a los Warriors en el primer partido de la eliminatoria, que pudo haberse decantado a favor de los visitantes si J.R. Smith no se hubiera despistado en los instantes finales, en los que pensó que los suyos habían ganado el partido.

«Ha sido una indecisión, no supo si tirar o pedir tiempo muerto, pero no pasa nada. Son cosas que pasan. También fallamos un tiro libre justo antes y no señalaron finalmente la falta en ataque de Kevin Durant. Son cosas que pueden ir para un lado u otro, y hoy han ido para su lado», manifestó el base de Villanueva de la Serena.

A pesar de ese sabor amargo, Calderón afronta el segundo partido (en la madrugada del domingo al lunes) con optimismo debido a la magnífica imagen mostrada por los Cavaliers. «Hemos seguido bien el plan que teníamos para poder ganar en este pabellón», señaló. «Hemos forzado la prórroga y hemos tenido oportunidades para ganar, pero seguiremos luchando y mejorando ciertas cosas en las que vamos a trabajar estos días. Estoy contento por el esfuerzo», declaró.

El extremeño, que solo jugó unos segundos al final del partido, reconoció que el bloque ha quedado «tocado» por haber rozado la victoria, pero asegura que mantendrán el objetivo de sacar un partido en Oakland, ya sea el segundo, el quinto o el séptimo. «Hemos estado antes en esta situación y nos vamos a mantener igual de tranquilos», sostuvo Calde.