Si en Cáceres todo son dudas, en Mérida y Villanueva de la Serena el ambiente es mucho más calmado. Cuestión de rachas, de resultados. Porque Cacereño y Villanovense comparten el mismo lugar en la clasificación, la de promoción por la permanencia. Aunque la percepción en un caso y en otro es bien distinta. Dos victorias seguidas de Mérida y Villanovense han devuelto la seguridad. A los jugadores, a los técnicos, a los directivos, a la afición.

Desde hace tres semanas, esta es la cuarta, el Villanovense ocupa el puesto de promoción por la permanencia. Cada partido era un 'match ball' para Julio Cobos, cuestionado en su labor como entrenador. Su puesto pendía de un hilo hasta que el viento cambió y el equipo volvió a ganar (2-0 al San Roque).

El cambio de cara de la plantilla, con seis fichajes (todos jugaron el domingo en Linares, cinco de ellos de titulares), ha surtido efecto y aunque el equipo sigue en el puesto 16 de la clasificación, el de la promoción, las sensaciones son bien distintas. Ya tiene dos puntos de ventaja sobre el primer equipo de descenso, el Jumilla, y seis sobre el siguiente, el Melilla. Además, está empatado a 27 puntos con otros tres equipos y a dos de ellos (San Roque y Linares) les tiene ganado el 'goal average' particular. Con el tercero se enfrentará dentro de 13 días, la Balompédica Linense, con el que empató a un gol en el Romero Cuerda. "Para nosotros es importante nuestro triunfo --contó Cobos el domingo-- porque supone también tener el 'average' particular ganado contra un rival directo. También se lo tenemos ganado al San Roque, pero son detalles que ahora mismo no importan mucho porque, si no seguimos trabajando bien, esto no servirá para nada".

Antes de jugar otra final con el Linense debe recibir a uno de los 'gallitos' del grupo, el Cádiz (domingo, 12.00 horas), un rival que ha hincado la rodilla en el Romero Cuerda en las dos últimas temporada, ambas con el mismo resultado, 1-0.

La vuelta del mejor Mérida

Quedan 42 puntos en juego, un mundo que permite aspirar a todo, lo bueno y lo malo. Y claro, lo bueno es lo que quieren todos. El Mérida se ha reencontrado con el equipo que fue a inicios de temporada, seguro, vertical, efectivo. A Antonio Gómez le costó cuatro jornadas ganar su primer partido (tres empates y una derrota antes), cuatro jornadas para rehacer el equipo a su imagen y semejanza. Y después de ganar por la mínima al Jaén (0-1), repitió, y con goleada, ante el Recreativo (4-0). El empate con el UCAM Murcia (0-0) fue el punto de partida, como contó el entrenador gallego. Les mostró la línea a seguir. Y de momento no se han salido.

Desde que igualó con el conjunto murciano --segundo clasificado--, dos victorias en liga y una en Copa Federación, ocho goles a favor y ninguno en contra. Mañana vuelve a jugar. Devuelve visita al Rápido de Bouzas en la competición federativa. Después de casi sentenciar con un 3-0 en el Romano el miércoles pasado, solo un desastre apartaría al conjunto emeritense de las semifinales, donde por fin verá la rentabilidad económica a esta competición. Será un nuevo partido para hacer pruebas. Para hacer que Gómez dude. Porque ahora todos los jugadores están funcionando.