Cambiando el césped por el albero y un rectángulo por el círculo, pero manteniendo traje de luces y el arte puro que llega del talento innato. El Ramón de Carranza no tiene nada que ver con una plaza de toros, pero el domingo, dos maestros del balón, cruzan sus caminos de nuevo con Cádiz y Extremadura a sus espaldas. Si a un aficionado del Cádiz le preguntan ahora quién es el hombre más inspirado en Carranza, la respuesta es clara: Alberto Perea. Si hacen lo mismo los del Extremadura, el nombre también está claro: Kike Márquez.

Perea y Márquez, amantes de la tauromaquia y futbolistas profesionales, se vuelven a cruzar este domingo. Alberto Perea resultó clave en la permanencia del Extremadura la pasada temporada, donde estuvo cedido por el propio Cádiz: «fueron meses muy bonitos, con un gran vestuario y donde me volví a sentir futbolista. Quizá fue clave estar en Almendralejo para que ahora me estén saliendo las cosas bien», reconoce el manchego que lleva dos goles en los dos primeros encuentros de liga.

Para Kike Márquez, volver al Carranza siempre es algo especial. El sanluqueño sabe que Cádiz es su primera casa, «aunque yo ahora defiendo los colores de mi segunda casa y está ese morbo de que no hace mucho ya les ganamos allí».

En aquel último Cádiz-Extremadura que se llevaron los azulgranas con el gol de Pomares, a Kike Márquez le pitó parte del Carranza: «quizá fue por perder tiempo. No lo comparto, pero yo respeto todo y no le doy importancia».

La admiración entre Perea y Márquez es mutua. «Alberto tiene una calidad tremenda. Yo me quedaba embobado en los entrenamientos aquí el año pasado. Esperemos que siga marcando goles, pero a partir del lunes», bromeaba ayer Kike Márquez.

Perea también sabe de las diabluras del sanluqueño. ¿De quién no te fiarías en el Extremadura? «De Kike Márquez, sin dudarlo. Es de esos de los que te la lían en cualquier momento», puntualiza Perea.

Mientras Kike Márquez echa raíces en Almendralejo donde ya es uno de los capitantes, Perea ha vuelto a Cádiz para sentirse importante en Carranza, aunque no olvida su paso de azulgrana: «Almendralejo me sorprendió y es de esos lugares a dónde no me importaría regresar alguna vez», ha dicho.

El domingo hay fútbol, no toros, aunque habrá maestros sobre el verde de Cádiz.