Llega la Vuelta. Y lo hace con adelanto en referencia a épocas anteriores. La ronda española quiere rehuír del septiembre horroroso que la Unión Ciclista Internacional (UCI) le reubicó hace ya 16 años. Javier Guillén, director de la prueba, convenció a los magnates de la Federación Española (léase Pat McQuaid) de que agosto era mejor, porque la gente está de vacaciones y porque de este modo se intuye que habrá mucha más afición animando a los corredores. Con el fútbol, pese a las huelgas, se debe convivir. No hay más remedio, aunque con el adelanto, al menos, se evita coincidir con el inicio de la Champions .

Llega la Vuelta y lo hace pendiente, sobre todo de dos corredores y de una zona muy especial de recorrido. El duelo entre Joaquim Purito Rodríguez y Igor Antón, debe animar la carrera, que regresa al País Vasco después de 33 años de ausencia.

NOVEDADES La ronda española ha apostado, además, por evitar en lo posible las jornadas tediosas y para poner las máximas dificultades al interesante duelo de velocistas que se presenta entre Oscar Freire, que ha prometido terminar como preparación para el Mundial, y Mark Cavendish, incuestionable número uno en esta especialidad.

Por eso, se ha recurrido a la montaña, aunque solo sea por ascender un puerto en busca de la meta. Ya el martes aparece la primera gran dificultad de la Vuelta (se sube a Sierra Nevada); el próximo fin de semana el menú se nutre de aliciente en la sierra madrileña y en La Covatilla (en Salamanca). Luego vendrá el plato fuerte, en Asturias con una subida inédita, dura y temerosa (Lagos de Somiedo) y la etapa reina con El Angliru, que sigue siendo el monte más temible para los ciclistas. Los Picos de Europa se reservan para el fin de semana del 3 y 4 de septiembre. Después, ya en la tercera y última semana, aparece Peña Camarga, en Cantabria, y el Urkiola; sin duda, la cima más complicada que hay en Euskadi.

Purito y Antón (el vasco se cayó el año pasado cuando era el líder y casi tenía la prueba en el bosillo) deberán compartir el duelo con los dos corredores italianos que Alberto Contador aniquiló en el Giro, Michele Scarponi y Vincenzo Nibali, último vencedor de la Vuelta. Tampoco no hay que olvidar a Denis Menchov, con dos triunfos en el bolsillo, y Carlos Sastre, por si acaso recupera el toque de pedaleo.

Contador es el gran ausente. Y así es por lógica deportiva, porque llegó a París reventado y porque hacer la misma temporada Giro y Tour es una locura. El año que viene, si salva en noviembre la barrera del TAS por el controvertido clembuterol, el madrileño ha prometido que se centrara en exclusiva para la grande boucle y que luego, si hay fuerzas, acudirá a la prueba española.

EL REGRESO Euskadi es a la vez el principal atractivo y la mayor preocupación. ¿Por qué? Pues porque la mayoría de pactos para que la carrera regresara al País Vasco se establecieron antes de que la firma política Bildu fuera una realidad. El sábado, 10 de septiembre, la Vuelta recorrerá el corazón de Guipúzcoa. Ya hay anunciadas acciones de grupos aberzales contrarias a la carrera, aunque el Gobierno socialista de Vitoria ha dado totales garantías a la organización.

Política al margen, Purito se presenta en el mejor momento, fresco por no haber participado en el Tour, con exhibiciones en las últimas carreras en las que ha participado. Antón, que sigue siendo un ciclista enorme que continúa sin explotar a los 28 años por lesiones y caídas, es el perfecto reclamo de la prueba para pasear el jersey rojo de líder por las carreteras vascas.