En esta LEB Oro loca e imprevisible, austera y disminuida, ganar dos partidos seguidos te hace subir rápidamente escalones. Es lo que le ha sucedido al Cáceres, que ha aprovechado sus dos encuentros consecutivos en casa para amarrarlos y salir de las catacumbas de la competición para, por primera vez, terminar una jornada en la zona de playoff de ascenso.

El conjunto de Carlos Frade es séptimo, la posición más alta que haya firmado desde que arrancó la competición 2012-13. Eso inevitablemente transmite optimismo, acompañado por una mayor regularidad en el rendimiento de la plantilla. No era fácil superar a dos plantillas con muchos jugadores de alta cotización, el Lucentum Alicante y el Melilla, pero se logró.

Aglomeración central

También otro dato cierto: hay un atasco importante en la zona media de la tabla. Tras su victoria ayer ante el Breogán (75-58), el Barcelona B se unió al nutrido grupo de equipos (seis) que, como el Cáceres, contabiliza un balance de 6-8. Los extremeños son los mejor situados dentro de este grupo gracias al average particular.

Las piezas del puzzle empiezan a cuadrarle a Frade, partidario de no depender de ningún jugador y sí de que muchos sumen un poco. El viernes (74-65 ante Melilla) fue un ejemplo: ocho jugadores estuvieron entre los 14 y los 7 de valoración.

Ese engranaje todavía tiene que mostrarse engrasado fuera de casa, donde todavía no se ha conseguido arrancar una sola victoria. Los apagones que frecuentemente ha sufrido el Cáceres son más oscuros lejos del Multiusos. La próxima ocasión será en teoría propicia: el Ourense, al que se visitará el viernes a las 21.00 horas, es vicecolista y solamente ha ganado cuatro encuentros, aunque ha protagonizado una de las sorpresas de la decimocuarta jornada al imponerse en la pista del Palencia (73-75).