Los expertos técnicos han hecho un balance nefasto de las medidas de seguridad en los estadios alemanes y, cuando faltan cinco meses para que se celebre el Mundial de Fútbol, cuatro de los doce se llevan hasta una tarjeta roja.

Un amplio test realizado por la Stiftung Warentest , un organismo que se dedica a la comparación y análisis de bienes de consumo, concede la tarjeta amarilla a otros cuatro estadios y tan sólo los restantes cuatro resultados satisfactorios. La organización ha rechazado este análisis.

El estudio, presentado ayer en Berlín, se centró sobre todo en evaluar los dispositivos para responder ante un eventual pánico, como el tamaño de las salidas de emergencia, la existencia de accesos hacia el interior del campo en caso de estampida, el tamaño de los peldaños en el aforo, su inclinación y los sistemas anti-incendios. El estadio olímpico de Berlín, en el que se celebrará la final, y el Fritz-Walter Stadion de Kaiserslautern, ambos recién restaurados, son los que peor salen parados en este estudio, junto con la Veltins Arena de Gelsenkirchen y el Zentralstadion de Leipzig.