El fútbol no siempre es justo. Los muchachos del Diocesano lo corroboraron ayer en su derrota ante el Rayo Majadahonda (2-3), tercera consecutiva de los colegiales, que se quedan undécimos con 17 puntos, tres por encima del descenso.

En un partido que tuvo una mitad para cada equipo, los cacereños se llevaron la peor parte. Los primeros 45 minutos fueron de claro dominio rojillo. Los locales no solo controlaban las posesión del balón, sino que también generaban sensación de peligro en la inmediaciones del área del Majadahonda. Sin embargo, los primeros 20 minutos transcurrieron sin que los locales pudieran reflejar en el electrónico su superioridad sobre el terreno de juego. La dinámica cambió a partir de ahí, cuando los rojillos consiguieron anotar el primer tanto (1-0).

Con el rival noqueado, los cacereños no se relajaron y volvieron a golpear. Solo habían transcurrido tres minutos desde la primera diana cuando el Diocesano anotó el segundo tanto (2-0). Golpe directo y a la lona. El Rayo Majadahonda estaba KO y no reaccionaría en los minutos restantes del primer tiempo. Un Diocesano inmensamente superior siguió dominando el encuentro y pudo haberlo sentenciado. Sin embargo, perdonó.

Tras el intermedio, los locales se las prometían muy felices. Nada hacía pensar que el partido giraría 180 grados como finalmente acabó sucediendo. Diez minutos de desconexión local sirvieron a los visitantes para voltear el encuentro. En el primer cuarto de hora de la segunda mitad, el Rayo Majadahonda anotó tres goles que dejaron al Diocesano fuera del partido. Los locales intentaron la igualada con más corazón que criterio y fueron incapaces de alterar el resultado del electrónico.

Tras este encuentro, los extremeños se acercan a los puestos de descenso y se ven más obligados que nunca a puntuar en su siguiente encuentro ante un rival difícil, el Getafe. El Almendralejo, el otro extremeños del grupo, es octavos con 21 puntos.