El Barça se esforzó ayer en echar paletadas de arena al incendio que propagó José Edmilson el miércoles, cuando denunció la degradación moral y deportiva que experimentaba el vestuario y que algunos compañeros suyos habían expuesto más discretamente. El primero que quiso apagar las llamas fue el propio Edmilson, que se disculpó ante sus compañeros en una tensa reunión. Luego fue Andrés Iniesta quién aclaró que el brasileño admitió su error ante el grupo. Y luego fue el portavoz de la directiva, Xavier Cambra, el que mantuvo el discurso que siempre ha esgrimido la junta: es una cuestión que compete al vestuario y al secretario técnico.

Pero el incendio no ha sido sofocado del todo. Edmilson había hablado más en la entrevista que concedió a TV-3, cuando expuso que había "ovejas negras" en el vestuario y que varios jugadores habían extraviado los valores que deben regir su carrera profesional ante "el éxito, el dinero, la fama y las mujeres". Pocas horas antes de que se reencontrara el grueso de la plantilla --solo faltaban Touré Yaya, Abidal y Ronaldinho, que se incorporan hoy--, el mediocentro confirmaba que ya no existe "la unión" de temporadas anteriores. "Ganamos dos Ligas y una Champions y se peleaba a muerte. Nos falta unión. Más allá del sistema que utilicemos, si uno no está dispuesto a hacer su función, no ganaremos nada y las cosas no irán bien", comentó en TV-3.

RONALDINHO Edmilson aludió a Ronaldinho, en quien se personifica el declive del Barça. Afirmó que "está pasando un momento muy difícil", insinuando que tal vez se deba a cuestiones personales, y entendió que Rijkaard no debe sentarle en el banquillo para que no pierda "autoestima". Ronaldinho vuelve hoy. Teóricamente, a tiempo de entrenarse con el grupo. Pero Rijkaard medita darle un largo descanso para que se ponga a tono físicamente y no afronte la tormenta que se abate sobre él. Las palabras de Edmilson, sin embargo, provocan que la intención inicial del técnico pueda ser interpretada como una corroboración a sus comentarios.

SIGUE LA AUTOGESTION Iniesta explicó que en la reunión de media hora de la plantilla, sin la presencia de Rijkaard, su compañero había reconocido su error de hablar en público. "Como dice Edmilson, si somos una familia, las cosas hay que hablarlas en familia", antes de asegurar que era uno de los jugadores "más queridos" y que respetaba su opinión sin compartirla, convencido de que no quería perjudicar al equipo ni al Barça. "Tenemos la experiencia del año pasado, cuando se habló de todo menos de fútbol y acabamos como acabamos, y debemos evitar que se repita", añadió Iniesta.

Lo que se repite es la actitud de la directiva. Ayer se reunió, y trató un tema que no figuraba en el orden del día. Tampoco compareció el presidente Joan Laporta, sino el portavoz oficial, Cambra. "La valoración que hacemos es que no es bueno el ruido que se genera con este tipo de declaraciones", afirmó.

Esa postura oficial chocó con la opinión del directivo Toni Rovira. Antes de la junta, defendió y justificó a Edmilson ante las cámaras de TV-3. "No creo que haya dicho nada novedoso y que no sea el discurso que repetimos en los últimos tiempos reclamando actitud, compromiso y trabajo". Desde Brasil llegaba otra opinión contradictoria al discurso. Fue el director financiero del Barça, Francisco López, que en sus primeras declaraciones conocidas en el club, manifestó: "Ronaldinho no está jugando tampoco a nada en el Barcelona. Esta fuera de forma", dijo en Sao Paulo tras reunirse con los directivos del Corinthians.