José Luis Montes lleva poco más de un mes en Villanueva de la Serena. Tiempo suficientes para que el Villanovense pase de ser uno de los máximos candidatos a ocupar una de las plazas de descenso a estar fuera de los puestos que condenan a jugar la próxima temporada en Tercera. El conjunto serón ha dado un giro de 180 grados, empujado, sin duda, por el efecto Montes , por la segunda parte de un efecto Montes que ya es bien conocido en el fútbol extremeño. Y el Cacereño y sus aficionados, que guardan un grato recuerdo del técnico segoviano, pueden dar fe de ello.

Sin duda, Montes es un personaje peculiar. Cuando llegó a Cáceres el 4 de noviembre del 2010 el conjunto verde era última, con solo seis puntos en su casillero después de once jornadas y con la permanencia a cinco. Salvando las distancias, una situación similar a la del Villanovense, que era décimo séptimo a tres puntos de la permanencia. Y él, que explicó que no se consideraba un entrenador duro pero que sí le gustaban los equipos disciplinados (lo que no ha cambiado), soltó en su presentación algo que todos consideraron en ese momento una bravuconada: "En Navidad el Cacereño estará fuera del descenso y se salvará antes de la última jornada".

Dicho y hecho. Tenía siete partidos por delante para ganar su primera apuesta . Y lo hizo: cuatro victorias y dos empates en los seis primeros encuentros, perdiendo su primer partido en el séptimo duelo como entrenador verde. El Cacereño se marchó a las vacaciones navideñas con 20 puntos fuera del descenso, como había pronosticado Montes.

Y la segunda también la cumplió, ya que el Cacereño estaba salvado tras empatar a uno con el Atlético de Madrid B en la penúltima jornada.

En Villanueva no apostó tan fuerte, pero su trabajo está surtiendo el mismo efecto. En cinco jornadas en el banquillo serón aún no conoce el amargo sabor de la derrota: cuatro empates y una victoria que han sacado al Villanovense del descenso directo, pero no del peligro.

Pero no es suficiente y Montes muestra la máxima ambición. "Digamos que es un balance bueno, aunque estoy convencido de que hemos merecido al menos un par de puntos más, porque en dos de los partidos que empatamos merecimos más", señaló hace unos días en una entrevista, en la que añadió que en las jornadas que restan "tenemos que mejorar la media de punto y medio por partido que llevamos si queremos acabar la temporada sin sobresaltos".

Montes no ha necesitado demasiado tiempo para dar un giro radical a un equipo que ha abandonado el toque en corto por un fútbol mucho más austero y directo, pero que, de momento, permite a los serones mantenerse invictos. Y una de las grandes diferencias radica en la defensa. En los dos partidos de casa, el Villanovense ha conseguido dejar la portería a cero. Eso sí, fuera ha recibido cinco en tres partidos (el del pasado domingo fue un empate a cero).

La próxima cita del efecto Montes será el sábado en el Romero Cuerda a las 17.30 contra el San Roque. Un rival directísimo ante el que no se debe fallar.