Gabriel Amado Garagarza, natural de Navalmoral de la Mata, es referente extremeño y nacional en taekwondo adaptado. Compite en la escena internacional desde 2009 con hasta cuatro medallas en Campeonatos del Mundo. En Tokio 2020 su modalidad será parte del programa deportivo por primera vez, y Gabi Amado tiene grandes opciones de hacer su sueño realidad.

-¿Cómo vive el verano de 2019 un deportista con la mira puesta en el de 2020?

-Pues muy intensamente en lo deportivo. En este momento me encuentro concentrado con la Federación Española de Taekwondo en el Centro de Alto Rendimiento Infanta Cristina en Murcia. Este verano no hemos tenido mucho tiempo para el descanso, ya que en julio competimos en Jordania y ahora ya estamos entrenando para el Campeonato de Europa que se celebra en el mes de octubre.

-¿Comienza ya a ‘picarle el gusanillo’ de ver cerca una cita tan importante como los primeros Juegos Paralímpicos de los que será parte el taekwondo?

-La verdad es que sí, estoy un poco impaciente por saber si podré conseguir la clasificación para los Juegos Paralímpicos y alcanzar el objetivo de estar en Japón el próximo verano.

-¿Hay ya planificación hecha en ese sentido o aún es pronto?

-Aún no, ya que primero tenemos que terminar esta temporada que está siendo muy larga. Si no consigo la clasificación directa, el objetivo para el 2020 será entonces el preolímpico de abril, donde se pone en juego otro billete para Tokio.

-¿Qué tiene que pasar para que veamos a Gabi Amado en Tokio?

-Pues tengo dos opciones para llegar a los Juegos: una conseguir la clasificación por ranking, que la estamos luchando, y de no ser así, tendría que lograr la plaza ganando el preolímpico que, como comentaba, se disputa en abril del año que viene.

-¿Valen la pena los sacrificios? ¿Cuáles son los que más cuesta hacer?

- Desde luego, como deportista el hecho de estar en una cita como los Juegos Paralímpicos vale la pena todo el esfuerzo que realizamos, ya que la recompensa es enorme. Por otra parte, hay sacrificios que cuesta llevar tan bien. En mi caso, lo peor es estar lejos de mi mujer y mis dos hijas.

-¿Qué nivel hay en Extremadura de tu modalidad?

-La verdad que el taekwondo adaptado todavía es una modalidad joven, aunque yo llevo compitiendo desde el 2009 a nivel internacional. Si hablamos tanto a nivel nacional como regional todavía tiene que crecer mucho, y para ello estamos trabajado en un proyecto de difusión y captación a través de la Federación Española.

-¿Crees que el deporte adaptado ha ganado visibilidad en los últimos años?

-Poco a poco nos vamos haciendo sitio en los medios de comunicación y eso es buena señal.

-¿Influye en ello el trabajo y apoyo de entidades como la Fundación Jóvenes y Deporte?

-Por supuesto, entidades como la Fundación Jóvenes y Deporte son muy importantes para ese desarrollo y visibilidad mediática y social, ya que otorgan ayudas y prestan servicios de asesoramiento que hacen posible al deportista a invertir en su preparación, lo que se traduce en conseguir objetivos y mejores resultados.

-¿Cuánto camino queda por recorrer para que la normalización sea total?

- Quizás ‘normalización’ no sea el término adecuado, ya que yo pienso que mi disciplina deportiva es normal. La cuestión es que los deportes adaptados no ‘venden’ como por ejemplo el fútbol, y creo que en gran medida se debe a los medios de comunicación y a parte de la sociedad.

-En algunas de las actividades que organiza la Fundación coincidís deportistas de distintas disciplinas. ¿Hay sentimiento de ‘equipo extremeño’? ¿Tienes una sintonía especial con alguno de ellos?

- Cuando nos reunimos es gratificante compartir experiencias y conocer otras modalidades y deportistas; el sentimiento de equipo siempre existe. Con los compañeros que más sintonía he tenido hasta el momento son Alejandro Kim (BMX) y José Luís González (Muay Thai), tal vez porque sus deportes me atraen bastante.

-¿Qué sueña Gabi Amado cuando cierra los ojos y piensa en 2020?

- Lo primero que veo cuando cierro los ojos y pienso en el 2020, es a mi mujer y mis hijas animándome para llegar a mi meta.