José María Jiménez, El Chava , falleció el sábado por la noche de una crisis cardiaca en la Clínica San Miguel de Madrid, donde trataba de salir, sin éxito, del túnel en el que había entrado su vida, producto de los excesos con el alcohol y las drogas. El escalador de El Barraco, uno de los ciclistas más espectaculares en la montaña, tenía 32 años. Hoy será enterrado en la localidad abulense.

Llevaba dos años sin montar sobre la bicicleta, aunque la formación ciclista Banesto, el equipo donde siempre corrió, le mantuvo la ficha durante el 2002, a pesar de no disputar ni una sola carrera. Desde el 1 de enero del 2003 era ya un ciclista retirado. El Chava , sobrenombre que siempre mantuvo, que venía de chabacano ("aunque yo lo escribo con uve, y así quiero que aparezca en los periódicos", acostumbraba a repetir) vivió sus últimos éxitos deportivos en la Vuelta a España del 2001. Entonces ganó de forma casi insultante, como acostumbraba a hacer cuando estaba en forma, las tres principales etapas de montaña de esa edición. Ya no volvió a ser el mismo. Ya no volvió a subirse sobre una bicicleta, casi ni para entrenar. Desde la fiesta que sirvió en Madrid para despedir la Vuelta del 2001, su vida se convirtió en un continuo ajetreo nocturno, en una bola de nieve que fue agrandándose durante semanas y luego meses.

INGRESO HOSPITALARIO El jueves pasado ingresó por última vez en la Clínica San Miguel de Madrid, un centro psiquiátrico regentado por las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, donde han intentado apartarse de las drogas y el alcohol diversas personas conocidas del mundo del espectáculo y la jet set madrileña. Era un ingreso programado, una circunstancia que se repetía paulatinamente desde el año pasado. El Chava se recuperaba, pero, desgraciadamente, volvía a recaer. "Estoy hecho polvo por dentro. No tengo defensas, ni nada", le comentó la semana pasada a un amigo de Avila.

Jiménez tampoco se veía estos últimos meses con Jesús Manzano, ciclista profesional como él, y que fue despedido por el Kelme, en la Vuelta del 2003, tras ser sorprendido en el hotel en pleno festín sexual. El Chava también había perdido el contacto en los últimos tiempos con el portero del Real Madrid Iker Casillas, con quien había mantenido una buena relación. En su círculo de amistades también se encontraba el torero José Tomás, actualmente retirado de los ruedos. Les unía su pasión por el Atlético de Madrid. El club rojiblanco guardó ayer un minuto de silencio antes del partido contra el Espanyol en el Calderón. "Chava , campeón!", gritó un aficionado, en pleno homenaje.

El pasado mes de mayo se casó con Azucena, Azu, su novia de toda la vida. Gracias al matrimonio había moderado su alocada vida, y el pasado verano hasta llegó a dar unas vueltas en bici con unos amigos, al tiempo que no se perdía ni una etapa del Tour. Carlos Sastre, su cuñado y corredor del equipo danés CSC, vencedor este año de la primera etapa pirenaica de la ronda francesa, expuso en París, en la presentación del Tour 2004, su preocupación por las continuas recaídas de Jiménez, el hermano de su mujer. El excorredor y su esposa Azu regentaban, a través de una sociedad, una residencia de ancianos en Pedro Bernardo (Avila) y también tenían un pequeño negocio de ganadería.

"La culpa de su muerte la han tenido las malas compañías. Es una pena", denunció ayer Manolo Pérez, el presidente de la Federación Española de ciclismo.

EL ENTIERRO, HOY Más de quinientas personas, entre familiares, vecinos y amigos, abarrotaron a lo largo del día el pequeño tanatorio de El Barraco, donde fue trasladado el cuerpo. Sin embargo, poco más de cuarenta personas, entre vecinos y periodistas, esperaban a la puerta del velatorio cuando el féretro que contenía los restos del excorredor llegó a la localidad abulense, acompañado de varios familiares y amigos, informa Efe. Hoy será el entierro, a partir de las 11.00 horas.