La idea de que Pep Guardiola, el técnico del Barcelona, compatibilice en un futuro inmediato su puesto con el de director deportivo, es una posibilidad que ronda desde hace meses en el entorno barcelonista y que con la llegada de las elecciones será un asunto recurrente.

En diciembre de 2008, Sandro Rosell, uno de los candidatos a la presidencia de la entidad, lanzó la idea: "Sería ideal que Guardiola acabara siendo el Alex Ferguson del Barça porque esto dotaría al club de estabilidad", recogida luego por Ferran Soriano, otro de los futuribles en la presidencia del club.

En España no existe tradición de que la misma persona que dirija técnicamente al equipo desde el banquillo sea el encargado de determinar a quién, por cuanto y con qué duración se deben firmar los contratos de los futbolistas, una práctica extendida en el Reino Unido.

Por eso, llama la atención la posibilidad de que Guardiola se convierta en pionero en este sentido. Además, mientras el técnico, que finaliza su contrato con el Barça, no renueve su compromiso, todas las opciones siguen abiertas, entre ellas que continúe como hasta ahora o que amplíe sus opciones.

Interés del Manchester

A todo ello se suma una información publicada ayer por la prensa británica, según la cual, Alex Ferguson habría sondeado la posibilidad de que Guardiola fuera su sustituto a partir de la temporada 2011-2012.

La idea, según News of the world , es que Guardiola fuera su asistente la próxima temporada y que posteriormente reemplazara al todopoderoso Ferguson al frente de los destinos deportivos del Manchester United.

Así, incluso lo habría admitido el representante de Guardiola, Josep Maria Orobitg: "Un club me ha contactado, pero no ha habido conversaciones sobre dinero o sobre el proyecto deportivo. Cualquiera de estas cosas es algo que tiene que decidir Pep".

Resulta evidente que mientras Guardiola no se pronuncie sobre si acepta la oferta de renovación de la directiva de Joan Laporta o prefiere esperar a ver quién sea el próximo presidente de la entidad, los rumores se dispararán.

El barcelonismo es unánime sobre la necesidad de renovar a Pep, pero la respuesta y el momento para anunciar la decisión son cosa del entrenador.