Dos retiradas temporales por maternidad y otra obligada por el covid-19 no le han restado ni un ápice de ganas, ni de puntería, a Elena Rodríguez Prieto, que el pasado domingo conquistó en Badajoz su tercer campeonato de España en la modalidad de tiro con arco 3D. «Está siendo un 2020 muy raro», dice esta onubense afincada en Deleitosa, la localidad de su marido, el también arquero y entrenador Cristino Fernández Nieto. Para este nacional, que en principio se iba a disputar en junio, empezó a preparase a finales de julio. Apenas mes y medio tirando para sumar un nuevo oro a su palmarés.

Elena Rodríguez (1984), que compite con el Club Arqueros San Jorge de Cáceres, ha vuelto con fuerza al 3D y ahora, esta campeona del mundo por equipos en el 2015 peleará por estar el próximo año en el europeo. No será fácil, no solo por los rivales, sino también por sus dos retoños, de 4 y 1 años. «No es fácil, pero tampoco imposible. Habrá que coordinarse bien, pero ayuda mucho que mi marido también tire y además sea mi entrenador», dice ella con buen humor. «Sabe bien lo que se necesita trabajar en este deporte». Organizarse será esencial, porque Cristino Fernández también tiene entre sus objetivos para el 2021 competir por el europeo. Es decir, comparten hijos y objetivos deportivos.

Con cada uno de sus embarazos, Elena Rodríguez ha tenido que abandonar la modalidad de bosque (3D), la que más le gusta por la gran variedad de tiros «y porque no sabes lo que te vas a encontrar». «Me lo desaconsejaron porque al tener que andar por el campo, hay riesgo de caídas y con el embarazo era mejor aparcarlo». Dejó el bosque, pero no dejó de tirar. Por suerte para ella el tiro con arco tiene más modalidades. Es más, en su segundo embarazo siguió tirando hasta que estaba de siete meses. Después del nacimiento, todo se complicó, «sobre todo con la lactancia», y de nuevo tuvo que colgar el arco.

Este año, cuenta, lo empezó tirando en la modalidad de aire libre, pero el covid paralizó todo, «ni entrenamientos ni nada». En verano, «y viendo que la niña era un poquito más grande [un año], decidí volver a entrenarme en 3D». El resultado, una nueva medalla de oro. «Es una cuestión de actitud», dice esta mamá, que reconoce que lo más difícil de compaginar con la crianza de dos niños tan pequeños son los entrenamientos. «Coordinación», repite, como ingrediente básico de un importante palmarés nacional e internacional que quiere seguir aumentando.