«Han venido como todo el mundo, ya seas futbolista o cualquier otra cosa: con una carga de estress alta, pero físicamente muy bien, con las molestias físicas típicas que se suelen tener en cualquier pretemporada». Lo dice el actual quiromasajista y osteópata del Cacereño, Elías Molina (Herencia, Ciudad Real, 16 de febrero), cuya labor se considera capital hasta las semifinales del playoff express de ascenso a Segunda B del 19 de julio en Mérida ante el Coria.

Por derivación conoce al futbolista: hace justo un año colgaba las botas en el decano extremeño tras una longeva carrera que incluyó internacionalidades en categorías inferiores y entrenamientos con el Atlético de Madrid, club en el que fue una muy firme promesa. Y en este contexto, él mismo reconoce claramente que estos días «por supuesto que echo de menos el fútbol y en estos son momentos en los que te juegas todo y quieres estar ahí. Te lo juegas todo y eso es lo más bonito».

Elías disfruta con su nuevo rol. Se le nota. El manchego va al análisis puro y duro y dice que en algunos casos las molestias «han podido venir más agudizadas porque han sido muchos más días que los que se suelen tener en verano, que como mucho es un mes. Ha sido muchísimo tiempo». Además, agrega que «el hecho de haber estado mucho tiempo en casa es una situación excepcional, nueva. Para haber estado ese tiempo sin poder salir están bastante bien» y que el trabajo de Alberto (Muñoz), el preparador físico, «con las sesiones on line, ha ayudado también».

Los contratiempos puntuales, de carácter leve, han sido principalmente los del centrocampista Gustavo Berraco, que afrontaba un momento clave tras una rotura en el cuadriceps. «El confinamiento nos pilló en la última semana de recuperación, que es clave, combinándose el trabajo en el campo con el mío en camilla. Sintió una molestia el otro día y hemos preferido que como no hay una prisa excesiva que se prepare con más calma». Con el futbolista toledano ha estado el propio Elías ejercitándose en solitario en el Príncipe Felipe este fin de semana «para ganar un día».

«La situación es nueva», incide el asistente sanitario, quien subraya que esta coyuntura «no deja de ser un aprendizaje para todo el mundo». Desarrolla esta cuestión el manchego «como jugador que fui, que entiendo que la gente dice: ¿pero cómo va a tener estress un futbolista? Pues sí. El estress no se manifiesta, no se ve».

Como anécdota, cuenta el caso del media punta Iván Alejo. «Le dije: ¿qué ha pasado? Y es que en el pelo tiene unas calvas, como monedas de dos euros, círculos en la cabeza y me estuvo diciendo que era del estress, de todo esto que había pasado». Más allá de ello, dice el miembro el cuerpo técnico del CPC, los futbolistas, «como en cualquier trabajo, se preguntan qué va a ocurrir en el futuro, cómo va a volver, etcétera. No es nada nuevo. Si se va a volver a jugar… y todo eso, todos los bandazos, si se va a disputar el playoff, si se va a suspender la liga, todo eso se nota e influye».

Elías también destaca que todo esto que él cuenta es lógico, al tiempo que subraya la «buena predisposición de los jugadores para conseguir el objetivo, ya que estás a 180 minutos de conseguir el ascenso a Segunda División B».