«Ni antes éramos tan malos ni ahora somos tan buenos». Esta fue la frase que más repitió la plantilla del Mérida después de ganar por uno a cero al Recreativo de Huelva el pasado domingo. Frase que siempre iba acompañada por «se está viendo el resultado del trabajo que estamos haciendo».

Seguramente, parte de la culpa de que el Mérida se encuentre en el mejor momento de la temporada la tiene el trabajo que realizó José Miguel Campos en su paso por Mérida, pero el fútbol es tan caprichoso que el técnico murciano no consiguió aquello que tanto demandaba para que su equipo mirara hacia arriba: enlazar un par de resultados positivos (el Mérida lleva tres victorias consecutivas) y ser muy fuertes en casa (los últimos cuatro partidos en el Romano se cuentan por victorias).

Como los resultados no se conseguían, la directiva del Mérida arriesgó con el cambio de entrenador y los números indican que, a día de hoy, la decisión fue acertada.

Después de catorce jornadas ligueras, el Mérida es noveno a cinco puntos del cuarto y con seis puntos de ventaja sobre la promoción de descenso. En las siete primeras jornadas, con Campos en el banquillo, el Mérida consiguió 4 puntos de 21 posibles, con cinco derrotas, una victoria y un empate, anotando 4 goles y recibiendo 13.

En la octava jornada ocupó el banquillo de manera interina Bernardo Plaza, para a continuación hacerse cargo del equipo Eloy Jiménez. En estas últimas siete jornadas, los emeritenses han conseguido 16 puntos merced a 5 victorias, un empate y una derrota, con 16 goles a favor y 6 en contra.

La plantilla volverá mañana a los entrenamientos para preparar el difícil partido del domingo en Linarejos frente al Linares (17.00 horas). Eloy Jiménez tendrá que inventarse una solución para suplir la baja de Yacine por acumulación de tarjetas, ya que no cuenta con ningún otro jugador de sus características para la delantera. H