Extremadura exporta baloncesto. El aumento del nivel competitivo en la comunidad en los últimos quince años ha generado una nueva raza : la de los profesionales de la canasta que son reclamados por clubs de otras regiones para trabajar.

Ya no son aislados los casos de los jugadores Enrique Fernández, Miguel Angel Reyes y Toni Pedrera, reclutados cuando eran jóvenes por la ACB para culminar su formación. Eso no ha dejado de producirse y el propio José Manuel Calderón --de Villanueva a la NBA tras hacerse jugador en Vitoria-- es el ejemplo más luminoso.

Sin embargo, la tendencia más novedosa es la de la marcha de entrenadores, algo que apenas se había producido en el pasado. Martín Fariñas tuvo experiencias de corta duración en Oviedo y Fuenlabrada a mediados de los 90, pero fue Mario Madejón, ayudante en el Cáceres durante la última etapa en ACB, el que abrió el camino hace dos temporadas marchándose en el mismo puesto a Algeciras.

"Hasta que no vas fuera no ves cómo se respeta el baloncesto que tenemos en Extremadura", agrega Madejón, que ahora ha regresado a Cáceres tras la desaparición del Algeciras y ejercerá como director técnico de la Federación Extremeña. Considera que entrenar lejos de casa ha sido una experiencia "muy gratificante", recomendable para cualquiera que desee ganarse la vida con el baloncesto.

Ñete Bohigas, extécnico de Cáceres y Plasencia, se ha convertido seguramente en la referencia de los entrenadores de la región, aunque hasta ahora no había salido fuera para entrenar. Dirige al Autocid Burgos en la LEB-2 con clara vocación a ascender y hasta el momento lleva un balance de dos victorias y una derrota. "Que haya tantos que trabajamos fuera da una idea del nivel que ha adquirido el baloncesto extremeño", reflexiona.

Representante ACB

Alvaro Vaquero será en la temporada que va a comenzar el único extremeño en la ACB, ya que cumplirá su tercer año como preparador físico y delegado en el recién ascendido Menorca. Antes había ocupado los mismos puestos en el ahora alicaído Cáceres, que aparece como el gran generador de profesionales de los banquillos. De hecho, Manuel Piti Hurtado protagoniza ahora un caso muy similar al de Madejón, ya que el pasado verano fue reclamado por Alfred Julbe para ser asistente en el CAI Zaragoza, un puesto equivalente al que ocupó durante temporada y media con el propio Julbe en el multiusos. Durante las dos últimas campañas dirigió al Mérida en la Liga EBA. Otro ayudante de entrenador en los verdinegros, Juan Pablo Márquez, ha encontrado acomodo en esa categoría dirigiendo al Grupo Recio de Alcalá de Guadaira.

Además, Porfirio Fisac, primer entrenador del Bruesa de San Sebastián (LEB) presume de ser extremeño pese a su origen madrileño, ya que su crecimiento como técnico se produjo en el Doncel La Serena.

Jugadores

La región no ha dejado de producir jugadores. Aparte de los paradigmáticos casos de José María Panadero (León) y Chus Poves (Gijón), dos referencias en la LEB, hay una concentración de nombres dispares en la EBA. Nando Vicario podría estar perfectamente más arriba, pero eligió empezar los estudios de Fisioterapia y ahora juega en la Universidad Europea de Madrid. En el Grupohoteles mallorquín coincide la veteranía de José María Pedrera con la juventud de Dani Callejo, mientras que en edad prácticamente junior están el cacereño Mario Lajas y el placentino Mario Plata y ya son componentes del filial del Caja San Fernando. En Sevilla también está el gigantesco José Pérez Zapata, un quinceañero de Campillo de Llerena que mide 1,95 y que suele destacar en los campeonatos de España en el capítulo de rebotes.

Otra perla es Andrés Vaquero, hermano de Alvaro y recientemente incorporado al Sarria, equipo vinculado al Breogán en el grupo A de EBA.

En chicas la nómina de emigrantes es mucho más reducida. La base cacereña María Blanco juega en Guadalajara, mientras que la pacense Lorena Infantes acaba de regresar de diversas experiencias en el este de la península.