Eran las 13.20 horas. Es decir, minutos antes de que se apagase el semáforo del Circuito y empezase el GP de España. Emilio Botín, presidente del Banco de Santander, entraba en el box de Ferrari. A la pregunta desenfadada y, no por repetida, importante, de cuál era la cuestión que le llevaba hasta allí, el magnate español respondió con contundencia: "La cuestión es traer a Fernando Alonso el año que viene a Ferrari. En eso estamos".

Alguien recordó que Bernie Ecclestone fue el primero que recomendó a Botín que se fuese a Ferrari. "Es el lugar ideal para su banco, es el sitio que corresponde a una gran compañía", cuentan que le dijo tiíto Bernie hace ya más de un año. Y el banquero, que sigue aún en McLaren por culpa de Alonso, llegó a un acuerdo con la scuderia. Y, claro, ahora intenta hacer valer el poder de sus millones para lograr que Luca di Montezemolo, presidente de Ferrari, despida al finlandés Kimi Raikkonen, al que todavía le resta un año de contrato.

El debate se centra ahora en decidir quién paga el despido de Iceman , si Ferrari o el Santander. Alonso, que solo firmó por un año con Renault (aunque tiene la opción personal de pedir una prórroga de un año más), estaría encantado de cambiar de equipo, a la vista de la situación.